JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Sitio oficial del escritor argentino
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Palomas guardadas - (1º parte)
Palomas guardadas (1º Parte)
A Diego Pedrosa Obra completa I
Poemas
1.
Tú no sabes cómo sólo tengo la luz
2.
Lloré que todo lo veía con hache.
3.
Tu boca late
y despunto sangre
que quedó enredada con la mía
como nuestras ramas
(podrían estar guardadas
bajo la lápida del lacre).
Tu boca es mía, es de mi boca,
como de mi sangre tu sangre,
los dedos de nuestras bocas se embastonan
en los leños del beso
como dos llamas del fuego
4.
Te pintaré los ojos cuando tú mueras,
te besaré la boca fría y seca
apretaré tus manos duras, de madera
y enjuagaré los dedos en tu pelo de cera
tenderé un silencio sobre tu piel de cala
morderé con mis manos, las tuyas pálidas
y apagaré la noche con alguna lámpara
para ver tus ojos como los pintabas.
Te pintaré los ojos, no lloraré, lo sabes
pero si acaso alguna gota sobre tu muerte cae
¿Qué más dará llorar tristezas que no sabes,
si habrás muerto sola
sin mi verdad que ignoras.
5.
Porque tú eres la otra orilla de mi silencio
Porque mi silencio es una manera de tu voz
porque ya ha sido. Busco el sueño de tu rostro
compañera, ahora que la noche arrecia sin barandas.
Busco tu mano sin vez
La paloma rescatada de tu risa
y tu cara, tal vez,
aunque no sea, y sea más allá de mi distancia
Hoy te quiero amiga,
amiga
Hoy te quiero y muerdo tu mirada sin principio
como el fervor de luna del galeote
que sobrevive más allá de la fatiga.
Te busco y te encuentro
porque eres más yo mismo
y vuelvo de mi pozo sin preguntas
con un poco de tus cosas casi sólo sueño,
y me basta tu sola vez, tu sola vez
la antorcha que arredra mi abandono
como el acoso feroz
de la marea solitaria
Izo tu mano
despavorido de sol
enarbolo tu cara sin recuerdo
y no importa no haber ido a buscarte
mi costado te anticipa
como una profecía acatada antes del día.
Ya leva anclas la vigilia derrotada
Echa amarras la mañana conquistada
y atestigua mi alma,
tal vez en algún sitio
tu verdad que se parece al sueño
aunque no hayas sido recogida
Tu voz inaugurada es un heraldo de olvido
mi silencio se suicida
y pregona tu nombre sin espalda
Es cierto nada titula la palabra
Pero sin haber perdido
recupero de otra nada
tu cara ausente.
Ya no más tu olvido sin recuerdo,
ya no más mi distancia
sino tu lejanía
y en el pan sin oficio que era espera
ya tu rito
tu costado cotidiano presentido,
compañera, amiga,
cómo te quiero amiga
esta noche.
6.
Era un altar de madera que dormía
y dormían en su sueño misas pasadas
y un cáliz con sangre marchitada
y dos velas chamuscadas de llorar su existencia
sobre su muerte lenta, lentamente.
Y una flor arrugada, caída de una ofrenda
y en ella el cadáver de un perfume desteñido
y me acerqué y mentí la devoción hincado
y lo abracé y tomé la flor
y adiviné el perfume
y me crucifiqué en su cruz
y fui yo y también un clavo
y lavé el cáliz y siguió llorando
y me bajé de la cruz
y no guardé los clavos
y salé a savia de la madera donde fui crucificado
y el cáliz siguió sangrando y las velas se apagaron.
Y la persigné con tres besos
y vi lágrimas y sangre
en la tierra de las raíces de una lanza
y dije amén llorando
y no sé qué hubo en ella después de mí.
Y estoy llorando y escribiendo su residuo.
7.
Si tuviera
podríamos cambiar de religión
meternos en un barril lleno de aceite
aprender el lenguaje de las flores
saber cómo se llora en marte.
No sé cómo se fundan
las cosas importantes como ésa.
Y hay tantas otras cosas más
que ignoro
No sé cómo se evita emborracharse
cómo sueñan el amor los sacerdotes
por qué se suicidan
los insectos.
(Ahora me doy cuenta
de que la naturaleza no estaba
preparada para los
inexpugnables faroles)
No tengo religión
pero quisiera cambiar de algo
de verdad podríamos hacerlo
¿Quién inventa las cosas importantes
Quién anda instituyendo los profetas
Quién decidió las alas del gusano?
¿y el instinto de beso en los sonidos?
No es que quiera
cambiarme las desconocidas raíces
Es que contigo podría hacer un viaje
por el polen, arrojarme a un cielo
subalterno por la boca de un sapo
enamorado. Remontarme por el aire
con mis párpados por únicas alas.
Derrotar todos los dogmas de la
arquitectura universal.
Podríamos invitar a un ateo
imaginario a fusilarnos con burbujas
de sonido hasta dejarnos huecos
como una llama.
O hacer un viaje por el rezo. Para
eso sería necesario que nos escondiéramos
en un molino apretando los dientes
para no gritar cuando la piedra nos
enreda con la harina. Nuestras
manos juntas serán el mismo grano
después tal vez nos harían pan
lingote cereal, ladrillo, altar
del hambre y con forma de
luna un poco amapolada
en alguna suburbana iglesia
nos repartirían. Tal vez nos
tocará esa vieja, la que reza
casi con afán. Descenderemos
por su esófago (sabremos
casi algo de los hormigueros)
y veremos el corazón de la fe
el pabilo que sostiene historias
el pedestal de tantas guerras.
Después, un poco como los feligreses
saldremos del recinto sagrado
y nos dirigiremos a los andenes
suburbiales empujados por
la corriente de la derrota.
Allí habrá un túnel mucho
más oscuro.
La salida será lo más difícil.
Creo que prefiero no cambiar de
religión, quedarme con mis palomas
y mis trasnoches de páginas.
8.
Quisiera cada gesto innumerable de las
moscas
cada mínimo amor de este planeta
cada polen de arroz
cada hormiguero
cada lluvia que se enguanta por la tierra
cada rayo de luna en el océano
cada faro derretido bajo el agua
la hondura total de las insondables cuevas
cada beso fugaz de cada boca
cada constelación de saliva que destella
cada arruga dactilar
en las piedras colosales de las cordilleras
cada rayo cayendo cada brasa
cada escama de ceniza cada huella
el número total del desarrollo
la molienda de las olas, cada ala
cada cosa en fin para ponerla
desnuda e infinita como harina
en tu cuerpo y tu alma y en tus piernas
en tu memoria hasta el éxtasis que huye
y se agazapa
a cada gramo cada instante de tu vida
para que sepas el completo abecedario
de planetas de sal y de rugidos
de gemidos de galope y de colmena
con que junto a tu nombre catarata
construyo el del amor como alfarero
sideral en esta pieza.
9.
Esta noche la música se arrastra pesada y resbalosa como un
tul que arrolla. Ésta es música recién descubierta, no se copia de su
propio nombre. Nadie podrá recogerla.
10.
En los suburbios laterales de esta noche, corren ríos subterráneos del
silencio. El silencio está constelado de grillos, o de chispas sonoras
o de lluvia deletreada. Las cigarras chisporrotean, tal vez titilan.
La música impregna el aire, como un aroma melancólico.
Desde esta noche a mí no hay música. Lo sé. De mí
a la noche
yo escucho la música de esta noche. Pero no puedo estar seguro.
La música es mía. Pero tal vez no la ponga yo.
11.
EL CIEGOMira mis ojos
estos ojos te sostuvieron
sobre todas las noches
han sido gargantas
por donde he tragado
el mundo
como la lluvia
que se afina íntima
en los hormigueros.
¡Míralos!
estos ojos, estos
hormigueros
donde has sido lluvia
para la savia en que tú
hecha hiedra asumiste
vertical la soledad
de mis muros.
Estos como naves sin
horizonte como barcos
sin proa y sin espalda
aquí mi huerto
se amamantaba de
luna y tú eras.
Mírame los ojos por afuera
como iglesias cerradas
por adentro
Mírame los ojos,
míralo todo.
Ya el mundo rompe
como un mar inútilmente
sobre mi última mirada
infinita.
La lluvia ya siempre
llegará tarde a la tierra
envenenada por el vientre.
12.
Ven a vivirme, la soledad me amortaja
con manos deshabitadas.
13.
Y la noche mordiendo, encepando
ferozmente las sienes desesperadas
de la noche enloquecida
14.
Un relámpago de hiedra
Mi alma ha concluido
Fajado el corazón de un puño de angustia
Arranco de ti una paloma que parpadea y tirita
que agoniza y sangra de savia, desesperada de
ecos en sus alas, de alas en su corazón
Ésa es la patria
de mis sueños
Se han resumido allí.
15.
Soñé que me forraba un abrazo
y me desperté enmangando las fauces
de mi soledad
16.
Como un reloj de arena
la guitarra gutural de tu corazón
empuñado
en los tallos de tu
sangre
rema
17.
Así eras tú,
te bebías la mañana de las plazas
corriendo descalza
como una golondrina de oro.
Tenías una lámpara clavada en las
entrañas,
Y la turbia suavidad
de los tibios duraznos a la siesta
Eras así, amada.
Eso era lo que más me gustaba de ti: que
tú eras tú y que yo te amaba
Y a veces una ternura de mirarte
emergía desde el alma
y me alertaba la carne.
Así eras tú rutinaria
y fresca y nueva y necesaria
como la mañana
Y tu mano cotidiana
como un gorrión adormecido en la ventana
en un rincón de la mía
se acurrucaba.
Tu beso silvestre como el de las abejas
en las plantas
recolectaba el polen de los sueños
con ingenuidad de niño que rezara.
Y tú tenías Dios y me contabas
todas las mañanas
que le rezabas que nos conservara.
Enjugabas tus ojos con silencio
y me mirabas
y enjuagabas tus manos en tu pelo
porque tú sabías que me gustaba.
Pero a veces te escondías detrás de tu
mirada
con recelo de paloma algo asustada
y ya ni la mañana te podía
hacer dorada
porque eras una ventana
obsesivamente cerrada y clausurada.
Las noches de esos días, amor mío
yo rezaba como tú rezabas
(todavía rezo a veces, cuando te recuerdo)
18.
A la hora de recordarte, acomodo las mejores cosas
sobre tu nombre, para poder pensarte.
Alguna vez no fuiste muy hermosa, pero te
agregué tu propia belleza,
ya la había aprendido de ti,
¿qué importaba que un día no fueras hermosa?
Yo te amaba tibiamente,
como esas cosas que se hacen fácilmente
como ser de una manera o estar en silencio
o rezar.
Desde ti emergía un túnel para
que los húmedos murciélagos no
interrumpieran palomas.
Todo lo tenías de alguna manera,
como una ventana
y yo aprendí sobre tu cántaro
a callar
como contando lluvias
sobre el agua antigua que me remedaba
Podríamos habernos dado la mano
cotidiana
Y guardarnos toda la inmensa mañana
de las plazas
Todo se volvía fácil contigo
como descifrar la música ignota sobre un
piano laberinto, y la adivinábamos.
Podríamos habernos mirado ritualmente
y como constantes extraños cada vez menos extraños
Podríamos habernos amado al margen de las
cosas que envejecen
Habernos abonado al silencio
como a un lento país donde no hay lejanía
para las palabras en voz baja.
Podríamos haber callado con el mismo silencio
Pero buscamos la forma de recordarnos
tristemente.
Por eso a la hora de recordarte,
busco las cosas de mi tristeza
y te construyo fácilmente como eras.
19.
Cuántas cosas dejo
yo para alcanzarte,
cuánto hay que pierdo
yo para ganarte;
yo gané perder
lo que pierdo al tomarte.
Cuántas cosas tuve,
muchas, que no tengo,
cuántas que por ti
día a día pierdo.
Cuántas cosas, muchas
infinitas, dejo,
sin embargo gano
en ti, el mundo entero.
20.
Si estuviera untando tu boca
vendrían a mullirse los himnos
en la mía
mientras deletreara cada hebra de tu
pelo distraídamente
y recorrieran mis concavidades
las esquirlas del escalofrío como
una tormenta de arena
y hundiera en tu tinta
todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego, en que me dieras a leer una
carta de amor, pequeña
con mis palabras
tu conciencia
de papel.
la tinta derramada
y tus laberintos de papel
tú y yo
y la oscuridad de tus
túneles riando como
un canto hacia
la mañana
21.
Tengo una mancha de humedad en el alma
22.
y se están ahogando de cielo
y el cíclope del sol
no les sirva de isla
¿Cómo llover hacia ellas
y decirles que no sé qué quieren?
y el viento es un galeote eterno
es un buey
y los barcos de música
van por tierra
(porque se han vuelto nubes)
y son como los peces del alma
que se sacrifica al cantar.
Han muerto fuera (del agua a su manera)
Alguien pensará que quieren
agitar el cielo.
Yo no puedo salvar las nubes.
si yo fuese una nube
tal vez comprendiera
qué les pasa ahora
Pero veo nubes y no sé si son pájaros
disueltos
Animales asustados o el alma del
mar que acaba de morir y
no lo sé.
Y no puedo pensarles maneras o gestos
y no sé dónde temer o apiadarme de
sus ojos.
Quizá quiera curarlas cuando llueve
o crea que sonríen,
Donde tiene la sangre del viento corazón
23.
Para pensar en ti,
clausuro una a una las palabras viejas
inauguro algún silencio sobre las cosas nuevas
y acomodo los nombres,
Tú tienes el pelo como infinitas
guitarras relajadas
como lacios y tibios violines de
mañana
con el flojo vuelo de las gaviotas
dormidas
y la silvestre hebra de los helechos
o el musgo de las piedras
Te acorralo contra el sueño, dulcemente
y una mano se acurruca en una mano
y la otra enjuaga la ternura
en tu pelo como el tuyo.
Azul y dorada te pareces a la
primera mañana.
Eres lo que me faltaba para ser nosotros.
por eso tu nombre es el tú que me faltaba
por eso te pareces a mi alma.
24.
La noche rompe contra
los muros de tu carne
con fragor y ritmo de molino
roto
y obcecación de ariete en la hora
ciega
y latido de pájaro en la estrella
que tiembla
La noche te embiste
como un toro rabiosa
y quieta como la
caricia que apacigua
en la mano cautelosa.
Y se alza todo tu horizonte
lateral y valiente
con los animales de mi mente
pululándote la catacumba
de la vena donde el remero
de rito acarrea un relámpago
apretado.
25.
Cuando hay bocas eternos
diapasones de silencio
que nos callan,
(porque una vez nos dijeron)
cuando hay labios
con los vientres del beso secos.
, porque siempre en las bocas
chorrea un beso
y hay miles clausurados en las
horas porque nadie los fue a buscar;
porque el beso es un nosotros de
labios
y si falta una boca hay un yo solitario.
26.
De tu noche sólo tengo lo que escribo.
27.
Los gritos del silencio remansan
aullándome esta noche
mis ojos abejas de los tuyos
han perdido tus jardines
Tengo el alma llena de miel
con tu sabor.
Mi alma se ensancha
y se vuelca por el silencio
El polen de esta noche rocía
sobre mis techos
El silencio crece en las voces
ajenas
(por mi espejismo de tus cosas)
El durazno de mi corazón ha madurado
y va a caer por mi boca
como tantos hijos tuyos no sidos
mis pasos corazonan por la sangre
de las calles
Y en los suburbios de mi sangre
alumbra un sabor a música
con el gesto de tus ojos
Los peces de mi alma se
enredan en el musgo de mis
tantas horas calladas
Y las abejas de mis ojos
Y las abejas de mis manos
y las abejas de mi alma
ahogadas de miel te han perdido
(colmena mía del corazón
de casa)
basta tu silencio para
el silencio
basta tu ausencia para
la soledad
Tú de la sangre peregrina del
eterno horizonte
como el eterno rumbo de
un anillo
Has dejado la misa de tu imagen
constantemente consagrada
(colmena mía) déjame guardar
tu polen que aunque no quiera
queda conmigo
28.
Busco la poesía ansiosamente
hachando rostros con desenfreno de molino
roto.
Muerdo la palabra hasta hacer sangrar
su cosa
y la mañana me entra por la boca y se
vuelve tarde agonizada en el sótano del alma.
Quiero descifrar la hebra del
vuelo de las aves y los ojos se anudan
y creo la palabra sin cosa
y un nombre sin rostro
y entre la tarde dorada y yo
pongo melancólicas y afónicas ventanas de lisiado
y digo que la tarde tiene olor azul
y ruido de ojo ciego
y olvido tus ojos que no son de uva
y tu pelo
— donde enjuago la tibieza de una
caricia ingenua y simple)
digo que es chorro o hebra de
música caliente.
Y el corazón hace un buche de música
caliente y dulcísima
y callo y acurruco tu mano en una
mano,
te miro al polen de los ojos
como una abeja
y vuelvo a callar
y te digo luego que te quiero
y la poesía pasa a mi lado
líquida y silvestre
y yo muerdo troncos secos
para beber la savia.
29.
Al borde de tu arena revolotean los molinos
de las olas
como alas o ecos de corazón
Las gaviotas del beso triscan la espuma
Ah! las caricias como alas en descanso
o barcos dormidos
Hacia las piedras terribles se
acantilan rumbos
como pupilas de balcones
Y ya no me importa nada
borracho de un orgasmo de música
en el alma
morderé corales
como empuñando tras la sed
mangos de agua en la garganta.
estás llena de perfume
como respuesta al rocío —
cerrarte un candado en mi silencio
como un silencio alrededor de un tímpano
enguanta astas en un bolsillo
de mar
30.
Un día voy a gritar sobre tus ojos, y clavaré la
antorcha de mi voz sobre tu alma
Callaré tu sólo silencio rectilíneo
y amordazaré las sombras con la eterna mañana.
31.
Me gusta morder las vísceras de tu alma
por tus ojos de uva o charco sobre el barro
porque son túneles que dan a un templo oscuro
con sabor de silencio y ruido de sombras.
Yo me siento al eco hondo de pájaros
y los rostros cotidianos enfrentados
con el gesto arbitrario en los amigos
en el fondo del secreto dan las manos.
Tú reemplazas palabras que no dicen cosas
siglos de sombras amordazadas con antorchas
nombres que son rostros olvidados poco a poco
y te abres adelante inexorable y única
como un sendero no tramado
que no sorprende al sueño y que se parece al alma
32.
Voy a buscarte
donde puedo mirarte varias
veces en el mismo instante
Donde puedo contemplarte horas
sin que tu momento se inquiete
en la corriente de esas horas
y me estucho en mis recuerdos
e ignoro qué luz visita mis
ojos abiertos
en qué frío me desvisto de mi
desnudez sin fuegos y sin hielo
mientras soy un trago de
mi propia hambre
y en el estómago de la
mente me disuelvo
y reconstruyo mi antes gastado o
cambiado
o me agrego a mí en un día ese día
imposible de ser
y visito mis ojos visitados por ti
Allí te eres como fuiste.
tu imagen se enganchó
como el musgo en las piedras
y te caíste de las horas,
o yo fui goteando migas
de donde puedes estar en mí
para tenerte en uno solo, en
todos tus minutos.
Tus imágenes son quietas y
duras.
Las horas pasaron como las olas
y tu presente y mi conciencia
de ti viajaron en pos de la siempre hora
nueva, como el agua recorrida
por la onda,
Y voy eligiendo entre las
gotas de tu rastro revisando
pie por pie hasta llegar
al beso que aún no se secó
a la puerta que se impone
como yéndome a buscar al
fondo de mi enmimismamiento
o que a mi súbita estación en
mí durante el momento
que será pasado está sin principio,
por la que te has ido
como todos los días y desde
la que empiezo solo y me alegro
de nuestra realidad
Y me vuelvo a hundir a bucear
las imágenes que viven en los
juntos.
y empiezo a extrañarte,
e intento traerte y meto
las manos en el agua
y el agua me dé la respuesta
de su carne vacía de ti
que te desordenas en ella como
las cosas a través de las llamas
y no puedo atraparte
y mis manos son jaulas de leones
y puedes irte como un gorrión
cansada de tu curiosidad
y dejarme con mi impotencia
de caja para encerrar la luz
fantástica entre mis dedos de piedra
con mi impotencia de caja
para vaciarme del vacío de ti
que me llena como la oscuri-
dad de una caja cerrada.
33.
A UNA CHICA EN EL TRENEn las tardes tristes
tu cara segrega una paz infinita
Basta esta sola vez de tu rostro
para amar tu gesto de nostalgia.
No puedo jurarte un recuerdo para siempre.
Pero si olvido cómo y cuándo,
a veces ignoraré que esta sensación de piedad te pertenece.
Ante tu tristeza abierta y franca
mi rito de alegría se envenena.
suicidaré mi sonrisa y lloraré contigo
después de haber contado
los rostros del recuerdo que no pudieron hacerme
llorar.
Porque esta impotencia de tristeza
me aquieta las horas
como una manera de vivir de menos.
34.
Me gustan tus ojos de música
congelada,
lentos como la tristeza
al otro lado de las botellas
me gustan tus ojos de cenicero y sagrario
donde se acantilan palomas de
preguntas que no vuelven
de los finales del diluvio
me gustan y amo tus ojos
de túneles clavados a tu alma
de grutas donde tantear el
silencio que te ocupa
como los grillos primeros, cautelosos
luego de la lluvia.
me gustan tus ojos de reloj
detenidos en la hora eterna
que no lleva la cuenta
de las cosas que pasan.
me gustan tus ojos como
rodajas de uvas negras
35.
se ha roto la sangre, la sangre de mi grito
el alarido de mi sangre.
El sol se ha secado y en el suelo están los
escombros de la sangre.
Tú no viniste a beber el pájaro del grito
no vienes a recoger las plumas astilladas.
la sangre se ha quebrado
hay arena en la columna de la sangre
y el yesero se derrite con el agua del viejo
sol ya seco.
Ya no podrás recoger la luz de las palabras,
la vela del alma consumida
salpica mi cadáver
y la espuma seca como el sol
seco no alumbra
de palabras
36.
Beberé telares de la música
cuando pueble tu risa
como un pájaro cansado.
Ah!, el piano de larga espera
como la tierra, como tu risa,
lloveré, La mano multiplicada
a remar
en tu paloma de sangre
soledad para llegar
Todos tenemos una soledad para
cada viajero.
A caer cansado con el ciego
a despertar en la raíz, mano de sed,
del árbol del sueño sin despertar.
Sólo "escalera que sólo sube"
Cómo detenerme
si la sangre me sigue a paso
de campana
A ti, soy
infinitos, existimos en los espejos
enfrentados
pero ser al otro lado
al otro lado imposible inimposible de un espejo.
Ah! estarnos risa a risa
como los locos,
tal vez en la locura no nos sepamos
juntos ni sernos testigos de la propia
locura.
37.
Aquí estoy amiga
levantado ante tu espacio
tanteándote el silencio.
La hora sube de la distancia
y tú bajas al verso.
38.
Paso a recoger tu hermosura.
Cuando yo te miro eres hermosa.
El mundo no tiene mis ojos.
sólo cuando yo te miro eres hermosa.
39.
Perdóname que no sea un poeta
pero te quiero todo lo que te escribo, como
si lo fuera.
40.
La lluvia trota
como corazonando en la sangre
del carro de las horas.
La lluvia estrella el firmamento de mi silencio
El corazón deshilacha el sendero de la sangre.
tú detienes el tiempo de la sangre
para que pueda volver a empezar.
y allí chapotean los últimos párpados.
Hay muchos pájaros derretidos en el viento
en el viento de la sangre,
no importan
hay alas que se reiteran en el pecho los pájaros.
y la savia empecinada que tropieza
los árboles de las manos vociferan su crispación
en el viento
y las raíces son manos acandadadas en mí
ya el ariete testarudo, propio corazón.
como el mar contra los muros.
barcas sueltas
musgos rotos
algas muertas
tallos hondos.
el silencio sangra
tu silencio sangra
guardas ecos de la espada
y devolverás las palabras
y yo mientras escucho
cómo el perfume
gotea de las hojas
como tus ojos
emiten un arco
iris
como un
himno arderá con el fuego
eterno que encofran las cenizas
41.
En el fragor de la tristeza lenta y tibia
suelo llorar y nombrarte,
y agitar los brazos de mi corazón
como las hélices de un molino borracho
de tormenta,
o una golondrina cansada, en el
medio del mar.
La pena y la noche me llegan al
cuello
y nado para llegar al otro lado de la
noche,
con el silencio clavado en medio
de tu rostro.
nado como solía algunas tardes
nadar en tu boca en el pájaro
nuevo del beso que aprendía a volar
Si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad,
por las noches sin luna y sin barandas,
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas,
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara: Dios mío.
Te quiero, lejana y cada vez más
olvido,
porque el rito de empozarme en la
tristeza es un calvario cotidiano
de las noches,
en que no puedo quererte
sin nombrarte.
Te amo y te odio,
cuando eres lejana y necesaria.
Y sobre las cenizas de la locura de
la noche triste
me alzo contra el alba,
salvado porque siempre el
sol llega antes de la muerte
con tu imagen en los ojos
ya secos y abiertos, contra
la cosa última.
Ese frío no me alcanza,
pero algunas veces en el fragor
de las noches tristes me entra frío por la
boca, como a los peces,
cuando te nombro para asirme de tu
nombre y embastonar tu recuerdo
para no morir náufrago
de la noche
42.
A veces me hablan de ti, pequeña mía
y yo no sé qué decir...
Por eso ahora quiero decirte algo.
¡Olvídame! es necesario
desde el nosotros bifurcado.
Pero olvídame sin quitar mi nombre
de las cosas
Olvídame sin olvido
porque morirías en parte
si llegaras a ignorarme
Olvídame que te encontrarás sin buscarte,
esperándote en la hora en que tu soledad
te dejó sola.
Y podrás estar sola casi igual que antes,
pero será más solitario
porque recordarás.
Yo no haré lo mismo,
Ya no puedo encontrarme,
sólo recogeré tu nombre tu rostro y las
mejores veces
Y me iré a jugar contigo al sueño
Y tal vez te guarde tal vez en el rencor.
Pero, escúchame bien:
no es necesario trocarme por mentiras
Seguirás siendo paloma y necesaria,
y azul y mañana y dorada y descalza,
pero ya no serás ritual y diaria y nueva
como el alba,
y el hábito aprendido de tu mano y de tu nombre
será sólo manera de otro
nombre y otra mano para mi costado.
Ésta es mi manera de olvidarte.
Pero esto, no debes olvidarlo:
En mi olvido serás reemplazada,
serán mejores que tú y más nuevas
y costumbres, pero si hubieras querido
Podrías haber sido
todos los nombres y las manos de
mi costado, y mejor que tú misma,
tú sin olvido y sin pasado, pasado.
43.
Amada mía
la tarde está amarilla y desteñida
pálida y raída
como los ojos previos a la muerte — casi abandona-
dos.
Anoche, la noche me estrangulaba,
y tú no estabas
porque otras veces duermo con una víspera
en la mañana
pero anoche lloré.
Todo se prolonga lento,
sólo es diferente la hora de los otros
y el silencio verdadero más el mío, por las
noches.
He dejado el alma en un cepo indescifrable,
y suelo caminar solo algunas noches,
con la sombra acorralada por las luces
más agobiada y más harapo
con los pasos roncos de baldosas, pesados
y rastreros,
Todo te recuerda,
o acaso sea esta manera de las cosas
mientras yo escarbo tu recuerdo urgente
como el alcohol ritual.
A veces tu recuerdo y el silencio crecen
como un eco sucesivo
esta tarde el sol y las palomas buenas
ya me llega al cuello.
Tienes algo de tarde postergada
en esta hora vacía de la tarde falsa.
Sí te amaba amada mía
y sólo queda
el fervor del sueño apretado como el ojo
credo
y la piedad del niño de las manos juntas
inocente o idiota como el quizá del rezo
de las tardes tristes y solas de recuerdo.
El sabor cotidiano y solo de los trenes
se adelgaza como un estrecho pasillo
perspectivo
Yo arrastro tu recuerdo
de palabra acobardada alguna tarde última
que quedó en el puño de la boca clausurada
como el miedo de descubrir la vanidad de
un ruego
Los gorriones son iguales aquí en la soledad
y en tus mañanas
El rito de las tardes es un hábito del sol y no
una espera
Yo sé que la tristeza es un país transitorio
entre dos rostros y dos nombres
Pero ¡qué importa un nombre posterior a esta
tristeza de no tener tu rostro
sino para las tardes de gorriones iguales
y de recuerdo cada vez más olvido!
¡Qué importa un nombre que no sé decir
y que es sólo un hueco con tu voz hecha
silencio a mi costado!
Qué importa la libertad del olvido
conseguido si esta tarde tus veces
más intensas que otras veces de la
tristeza solitaria
me aprieta desde el último atrás
como la soledad de un
único atroz sobreviviente.
44.
Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo
45.
Escribía palabras sencillas de tus cosas fáciles
hoy, tal vez porque ya no tengo cosas
escribo palabras oscuras.
46.
Somos palabras y así nos acepto
pero ahora mezclémonos las manos
subterráneas del silencio
47.
Con el canto de mis manos te iba haciendo estelas
en el silencio de tu piel como la tarde
48.
Porque es mucho más lo que te vas
que lo que yo te quedo
(¿cómo podría serte nunca mejor con el
pensamiento?)
y sin embargo te quedo mucho más
porque es mucho más lo que me quedo
que lo que tú me puedes llevar
porque hay algo que nos vivimos
más allá del espacio
pero el tiempo nos acorrala en la realidad
la distancia nos destierra de las ocasiones
pero nos queda
mucho más aún de lo que estamos
como en el silencio laten las palabras
y crecen el infinito
que no nos cabe en la garganta.
49.
Para irme todos los barriletes de tu piel vivida de silencio
Para callarme todos los regresos que vengo por tus manos
tus manos de raíz
como la lluvia a las raíces
Para caerme por tus ojos como el verano se agrega a la
tierra en la fruta derrotada
Para habitar tus acechos
enderezando los pasillos de tu sombra
con la mañana a los dos lados o una lámpara
clavada en el silencio
Para arrancarte el buzo de los ojos
y echar al viento todos los pájaros que hasta ahora
Soledad.
50.
Hoy que las venas se te caen por la boca
que serás una garza con la sangre de la
luna
mi corazón se vuelve de campana
y aunque mi tristeza se te
acerca donde
el sol te toca
levanto ya lograda, mi por fin mañana
y deshojo mis flores en tu risa una por una
51.
Y qué estamos dispuestos a decir
sino nuestros propios parapetos.
hacer un caracol de grito
y escondernos
topos en nuestra propia garganta indescifrable.
Y las cosas siguen en pie. fantasmas impalpables.
como asir las ideas con palabras.
Y las cosas siguen en pie —mientras haya
alguien que las piense—
(el pensamiento es una manera de existir que
no se repite)
Pero decimos diariamente como haciendo camino
hacia nosotros que nunca termina.
52.
Algún día conoceré tus pies.
ya no me extraviaré en tus abismos. conoceré tus
vertientes tus túneles tu soledad, tus pájaros muertos
las viejas ciudades los cementerios sin historias con
algún nombre tal vez de extraña lengua.
Algún día seré yo el pastor de tus ríos
de tu silencio.
remaré todos
tus vientos
me habré lavado
tantos rostros de las manos
tanto habrán masticado mis dedos el musgo de tu
pelo.
tantas veces te habré viajado y guardado el barco errante
en tus guaridas
y el ancla y la savia y el Este en tu luna invadida
y despertada en la marea.
Sí algún día conoceré tus pies sabré dormir mis cosas a la
sombra de todas las cosas.
y el silencio convocado en mi actitud de absoluto.
Sí es cierto, me faltará tu historia
pero ningún cerrojo tuyo me guardará un
nunca, habré vivido todos tus testimonios
y habré vuelto a tus pies como a la raíz
para arrancarme el viento de la boca
que me madura en la garganta frutal.
53.
Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.
54.
enjuagabas tus ojos en silencio
enjuagabas tus manos
con hebras hilachas harapos
del viento
55.
Y será ésa, otra manera de mentirnos,
como al decir adiós.
No puedes parecerte a las palabras que me dicen.
¿acaso alguna vez, fui como una palabra que escuchaste?
Escucha pequeña, aunque ya no me oigas
, deja romper las olas del silencio que te
ahorca por las noches. Llora.
Luego llámame, no te oiré.
Luego toma esta pregunta como una antorcha,
y baja al sótano de tu alma a descifrarte.
¿qué día es el olvido?
yo no lo sé, ese día y por haberte ya olvidado,
no recordaré llamarte para contárteloSi enfrentas el olvido, con sólo recuerdo
¿para qué olvidarse?
Si sólo hemos pedido ayuda de los otros
y nunca nos gritamos a nosotros mismos
56.
Pude tal vez echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero cerré los ojos y confié en los tuyos
y me dejaste ciego, frente a la mentira y frente
al mundo.
Ya no importa llorar ni perdonarnos
ni hacer preguntas y responder silencios
Ya todo está. ¿Para qué secar la leña
inútilmente si las piedras mismas de hacer chispas
dimitieron.
Puedes restaurar, quizá, mi memoria,
seré un recuerdo más yo o menos yo, eso no importa
Pero el nosotros que yace donde el camino se bifurca
no volverá ya a nombrar nuestras manos juntas
Hemos perdido para los nombres por venir,
ese fervor de apretar los ojos, como rezando.
Por eso seremos los dos, siempre mejores,
aunque digamos dejarnos para buscar lo verdaderoEs por eso el rencor, no tendremos olvido.
todas nuestras palabras de olvido serán para nosotros.
57.
Nos tanteábamos como ciegos recelosos
Los tibios países de trapo y de durazno
y las manos avisaban nuestros
territorios
como tildando el lugar donde éramos
58.
A veces, porque todo a veces
en tu soledad de túnel
irrumpe un sol que equivocó su altura en una
lámpara.
59.
...Y tus ojos como dos gorriones huecos.
tu pelo
largo pájaro de sombras y silencio
Todo lo recuerdo
y tu pecho roto
donde quise quedar o queda todo
La noche era nosotros
por eso
todo lo recuerdo
y desde ti estoy solo
60.
De la tarde sola,
del cielo lívido sobre las últimas casas
de la mansedumbre
con que es hermosa para otros esta tarde
me viene esta tristeza
de ver temblar al viento entre las hojas
Tanto se depone
acortando mañana
aunque siempre queda todavía
Vendrá la noche entonces
y se agremiará en los últimos rincones
y vendrá el espejismo
a vivir desde las manos
Nada demora lo innumerable
y la tristeza sólo cambia de calles
por eso el cielo lívido y los otros y las casas
y la tarde de los otros mansa
y mi tarde
61.
Mi silencio hace un ruido infernal
62.
Quiero tener tanto que
no tenga lugar para
tener el no
tener
de lo que no
tuve
63.
y el beso viceversa que es nosotros o tú desde los dos
64.
¿Qué dejarte amiga mía ahora que parto
para ser más extenso que el olvido?
cruzarte la cintura tal vez por un camino
donde el beso ha errado tanto
¿cómo quedarme desde más allá contigo
cómo buscarte ahora que ya has sido y que me
alejo
si yo mismo soy en todo lo que dejo
Ahora que emprendo la orfandad del hijo?
...Tanto anduvimos por los días cortos...
Aunque en cada rostro del camino te descubra
Más allá de nosotros el mundo tiene todavía
por allí andaré alargando la tristeza
acortando por delante la tristeza que nos
queda
Hasta que vuelva a gritar que te he olvidado
y sea mentira.
65.
Te recojo de todas las cosas que me son esta tarde
has crecido de pronto donde el olvido no pudo nombrarte
Y aunque queda mañana por delante
Yo te guardo y no puedo guardarte
Esta tarde es tuya ¿cuántas tardes serán tuyas
Nos vamos por tu sombra donde mañana es
nunca
por eso quiero ahora que me escuchas
dejarte mi raíz que ya
no tendrá lluvia
Desde otro mañana que ya no será y no tendrá
espera
Un niño dice adiós para cambiar el
rostro a medias
Y porque siempre será en ti la primavera
yo te bendigo desde la tristeza.
66.
a la deriva del silencio
como la lluvia destapa las gargantas
de la tierra
me recorro las palabrashoy
sobre tu tierra viva
se me cae una palabra muertapero el perdón es una flor
más alta que los ojos
67.
si tu pecho es una proa
cuando el mundo arrecia
venceremos juntos
no te detengas entonces
cuando griten
que siempre vendrá un dedo a señalarnos
y te dirán aquél es como el ave
que no tiene rumbo
y te dirán que no tengo raíces
y te acosarán
como el mar
obstina a lo que empuja sobre
las rocas el naufragiotodo lo dirán de nosotros
pero yo que creo en ti te guardaré
de verdad
68.
Me desperté y equivocado u olvidado
supe tocar el piano.
Temo despertar cada vez en una realidad
espantosa.
69.
háblame doblado el día
que toda mi tierra te reclamavendrás a cantarme
con tu estrella hueca
con la íntima guitarra de la entraña
y a untarme en las manos un
sabor de lejanía
70.
Tengo en la ternura la ferocidad de la lluvia
voy a navegarte
soy tu capitán
y me tengo en las manos
para untarte mi sombra caliente
mar mío
capitán en tu estrella de sangre
apenas te he visto mirarme
y ya te digo mujer porque hasta conmigo.
71.
EL PESCADORA la orilla del silencio
con la mirada innumerable
la red tendida como el musgo crecido
de las manos
te piensan así poeta
72.
El corazón hizo una gárgara de sangre
como un molino roto que encalló
el viento,
Y el velamen del pájaro de barco
perdió la cuenta del empuje
y calló a la orilla de la sangre
detenido o quedado como un
andén.
73.
Te desteñías poco a poco como si te desafinaras
pálida
La noche me estranguló
74.
Levanto mi mano como un palomar de sombras
el silencio me vive;
¿qué me quitará la muerte?
75.
Quisiera que supieras que algún día
cuando la mañana se parece a tu mañana
retozas dorada y descalza
en el patio de mi alma
que se llena de mañana.
Hace mucho que llueve,
las olas borran los castillos de las playas
y acomodan la arena de los pasos
y se llevan el testimonio de las plantas
caminadas.
La sombra se esconde del sol detrás del
árbol
obediente y acorralada,
todavía al mirarte te parecerías a las
garzas,
y más que todo paloma mía blanca
te parecerías a mi alma.
Todo lo tuyo era fácil
menos recordarte sin tristeza y sin palabras.
Podrías llegar aún una mañana
Y yo no te preguntaría nada,
y tomaría tu mano nuevamente diaria
e iríamos a bebernos los dos juntos,
la dorada mañana de las plazas
76.
Todo te dice adiós en esta tarde de trenes partidos
y resignación de andén
las manos como casas inútiles con los
, vidrios rotos, de tanta historia ignota,
están cerradas como el frío obligatorio y
más intenso de los acurrucados pordioseros
en las puertas. Y la noche es fría para
algunos, desde afuera,
y la noche es fría desde adentro para
mí
en esta tarde roja de trenes contra la
lejanía e inmensos territorios de
silencio y miedo
en los muelles a la espalda de los
que partieron.
Todo te dice adiós y te ama esta
tarde
esta última tarde del dogma
de las golondrinas
en que agrego la tristeza y las partidas
a las cosas — como las ventanas del inválido
suman al ocaso
las gotas quedadas de la lluvia ya callada —
77.
Las olas del viento rompen en mí
como una vez tus manos,
como pájaros moribundos
desesperados.
Las olas de tus manos ya no
rompen en mí
como pájaros
y yo
simplemente abandonado.Iba a decir de ti que revoloteas
como un remanso sobre mis horas
Y dije: a veces tus manos caen a mis
olas como palomas heridas.
y su sangre se enreda con mis peces.
Iba a decir de tus manos, que tienen las
mejores páginas y dije:
en el fondo de tus ojos las alas de los
primeros se derriten.
Iba a decir de tus ojos: que son líquidos
como un susurro de tus manos,
y callé para no enturbiar la voz
del perfume que sale de los sótanos.
Y dije de tus ojos: hay en ellos un pez
adivinado como el árbol bajo el suelo
que se parece a nosotros.
78.
Una melancolía de vereda
trepa al alma como los gatos de una hiedra
al muro
No sé cómo es de verdad la tarde,
pero debo decirte en esta carta
que la tarde es de mensaje y última esperanza
Debo decirte que esta tarde tiene un sol ficticio
y está llena de palomas mensajeras
derretidas en la lejanía al cruzar el
acceso de mis ojos a la nada de las
tácitas cosas más allá de mis imágenes.
Quiero escribirte que la tristeza es desteñida
y amarilla como esta tarde pálida
y que tengo olor a puerto y eco de últimos
pitazos de partidas a la tarde
y el sólo humo de los barcos que se enreda con las
nubes del horizonte,
metido en el hueco donde hallaba
el agreste jardín de los pájaros en el
verano
ahora que todas son desoladas regiones
de silencio espeso.
Voy raspando los ojos contra las baldosas,
y tal vez alguna mano sobre una
pared cualquiera de una mano,
donde la dejé olvidada en algún paso viejo,
mientras seguro revisando la buhardilla
de mi alma
te recordaba.
Tengo las manos a lo mejor más roncas
como las agrias o tal vez amargas nueces
por afuera
tengo los ojos más lavados y más pálidos
y la voz más sucia de tanto suburbio
de silencio
Tal vez en estas tardes el alma es mucho
más de sótano
con un acceso al sol medio vencido, en
una banderola,
tal vez para decir tu nombre, la voz llena
de pelusas,
ya no tenga la diaria costumbre de tu rostro
Por eso no sé cómo es de verdad la tarde
y te escribo en esta carta que la tarde
es triste.
Te quiero aún, aunque no sé de verdad si te
recuerdo sin equivocarme.
Es decir, algunas tardes opacas y afónicas como
ésta,
busco el último rostro en mis recuerdos
y le digo la última palabra rota
que ya olvido cuándo la dejé en la boca.
Tal vez atrás de todo tenga un beso viejo
eso tiene el hábito nocturno de la almohada.
Ya te he dicho, entonces, que te quiero todavía
¿acaso podría alguna vez decir: ya eres olvido?
Es verdad mi última palabra fue de amor
contra tu cara.
Sólo tendrás mi olvido, cuando en esas melancólicas es-
peras de la tarde
no mengüe tu silencio alguna carta.
79.
Las palabras nos van endureciendo
el tiempo que fuimos.
Y todo palabras
pero es tan fácil
antes del estático testigo
el infinito tal vez.
Así quedaremos
fijos en el tiempo que crecerá de nosotros
pero la eternidad nos guardaremos entre los
instantes
esperándonos los cerrojos descarnados.
80.
¿Por qué, si tenemos para olvidarnos, dos
tristezas?
Dime, ¿por qué dejamos crecer alrededor
el mundo y proponemos olvidarnos?
¿Cuántas palabras, dime, intentan
a veces acallar tu silencio ¿lo consiguen?
¿Cuántas veces tiemblas ante una carta
esperada largo tiempo?
Dime, entonces, ¿qué buscamos separándonos?
¿Qué razón me vuelve necesariamente
recordado?
Aunque tú no puedas interponer el
olvido entre el adiós y tú
¿Por qué decimos que la felicidad vale
más que todo?
y nos obligamos a llorar por algo secundario
que intenta aislarnos?
Decimos que el mundo inarreglablemente
tornó el nosotros y amputó al lejano.
¿Por qué volvemos a todo un enemigo?
Cuando podemos tomarnos de la mano
y caminar entre los otros amigos del
mundo y de todo.
Porque en verdad no sabemos de imposibles.
81.
Un día el mar
como un animal indómito de olor a pasto y
de canto de hormigas
dormirá como el zumbido de las flores
a tu piel
será mi piel de barro
Hembra mía
para la tuya luminosa
de trigo y de pan
Entonces serás abierta como los caracoles
sonarás como un árbol de mi tierra
el canto del relámpago de savia
Colmena mía
a ti todos los labriegos de la sangre
para la invasión del grito que se repartirá
en tu carne
como el olor de las frutas en el viento.
82.
Ésta es una carta.
De mis selvas arranco los mejores dolores
vegetales para tejer este barco.
voy a buscarte
Voy a tocar el amor con la savia del
silencio.
En algunas palabras duele aún el golpe
del hacha
83.
Es cierto que despertar un beso es encontrarnos.
crecemos del nunca en el asombro
de exceder el pensamiento.
84.
A veces sabemos por dónde seguirnos
pero nos dejamos dormir
por temor a no caber en la realidad
con nuestras verdades.
Por eso, garza mía
estoy dormido en tu cuerpo
gigante y salvaje como toda la tierra
pero yo mismo me dejo dormir
por temor a despertarte donde
duermes mi sangre.
85.
UNA EXTRAÑA HA VENIDO
A COMPARTIR MI CUARTO EN ESTA CASA QUE ANDA MAL DE
LA CABEZA,
UNA MUCHACHA LOCA COMO LOS PÁJAROS
TRABA LA PUERTA DE LA NOCHE CON SUS BRAZOS, SUS PLUMAS
CEÑIDA EN LA REVUELTA CAMA
ALUCINA CON NUBES PENETRANTES ESTA CASA A PRUEBA
DE CIELOS
HASTA ALUCINA CON SUS PASOS ESTE CUARTO
DE PESADILLA
LIBRE COMO LOS MUERTOS
O CABALGA LOS OCÉANOS IMAGINARIOS DEL PABELLÓN
DE HOMBRES
HA LLEGADO POSESA
LA QUE ADMITE LA ALUCINANTE LUZ A TRAVÉS DEL
MURO SALTARÍN
POSESA POR LOS CIELOS
ELLA DUERME EN EL CANAL ESTRECHO,
HASTA CAMINA EL POLVO
HASTA DESVARÍA A GUSTO
SOBRE LAS MESAS DEL MANICOMIO
ADELGAZADAS POR MIS LÁGRIMAS
Y TOMADO POR LA LUZ DE SUS BRAZOS, AL FIN MI DIOS,
AL FIN
PUEDO YO DE VERDAD
SOPORTAR LA PRIMERA VISIÓN
QUE INCENDIA LAS ESTRELLAS
Dylan Thomas
_________________
Traducción de Elizabeth Azcona Cranwell.
86.
Yo giraba, como el agua
giraba los días.
a todo le respondía con la vida
como un espejo
pero en mí, cada cosa tenía la dimensión del
nunca
Y lamía el pecho del silencio
como un niño muerto de hambre
sobre la madre seca
Pero vivir como estar muerto
no me absolvía de vivir
mi tiempo mineral
87.
Quise hacer para ti la poesía
Como una casa de oro
para que vivieran tus manos
como yo las pusiera
y tus ojos fueran cerrojos
para escrutar
el otro lado de las ventanas infranqueables.
Pero tus manos fueron de palo
y tus ojos embalsamados
miraban rígidamente el interno
infinito que guardaban
Y vencido, me quedé dormido
con tu imagen ya casi equivocada.
Y soñé que descalzos
corríamos silvestres de la mano
sin hollarnos las espinas y las piedras
Y tenías el olor de mariposas
y tu pelo el ruido de las flores
sin jardín
y yo untaba la ternura de
las manos en tu pelo blando
Y tú corrías lacia como una gaviota o una garza
con tus manos de torcaza y de durazno
tan solo parecidas a tus manos
y tus ojos como sólo pueden ser tus ojos.
como,... como tus ojos
tal vez con un poco de cielo y de reloj pequeño
con algo de cebolla con el filo al medio
o de charco latiendo por la piedra
sorpresiva.
Entonces desperté y quise
hacerte una mañana verde y dorada
de poesía,
y te dije revoloteando como las mariposas
que tiemblan como las hojas lerdas.
Pero volabas epiléptica de mariposa
y la mañana falsa de farol y de
espejismo no tenía tu mañana
Entonces ya no volví a querer juntarte
la poesía.
Y solemos andar sin recogerla
muy cerca de la poesía aún no
acomodada, de las cosas simples
y callamos los dos a un silencio
como una manera
de poder aún el verso
88.
llevo la luz de tu piel en mis manos que saben a sombra
89.
Olvidé la consigna de ser soñado como yo
y desperté al sueño, de mi doble sueño,
con otra realidad.
90.
Ah la boca de gaviota de sangre
los dientes de luna
91.
Ojos atrás de los hombres,
el mundo existe.
ojos afuera existe
sin medida.
Allí tú eres verdad a veces
como Dios cuando me alcanza el miedo
Por eso somos enormes
en la garganta súbita del sueño
Y ahora te regalo el tiempo,
alguna hora vacía
O como una colmena de piedra
donde las trincheras hacen miel
de sangre
92.
Perdón
antes que nada perdón y antes que todo
aquí antes que nadie contigo
93.
la música se
disipa
la sangre no puede
agregarse en un renglón de abajo
94.
Se afondan, enfundados en ti mis baldes.
Aljibe de mar te llenas de mis redes como manos,
guante sagrado
95.
Es simple y lacia
Eres azul y amarilla como las mañanas.
Ya es tuyo el tú. ¿lo ves?
Y fueron luego tuyos, el silencio
y algunas noches tristes
el verso rústico y frustrado
y la imagen sin rostro del sueño.
Ya eres lo que me falta para ser
nosotros.
creces y mueres, a cada instante como
las olas, como las mariposas,
como tus ojos.
Creces y tienes el sonoro resplandor
de una gruta iluminada con un grito
El hueco de tu mano es un rincón
vacío,
es un zaguán sin nocturno pordiosero
acurrucado.
Yo quisiera acurrucar un beso
como un pájaro, sobre los países
de tu piel, como la del durazno,
para que aprendiera a volar.
Me gustaría remar en tu boca,
con las olas del pájaro resumido
como un reloj o corazón.
mordido a cada lado por nosotros,
que éramos náufragos.
con una mano
mía, ronca como las nueces,
porque es áspera como la madera
seca,
Quisiera morder tu mano.La hebra irrecogible del itinerario
de la gaviota, es un charco de sombra
en la arena de las playas.
a veces hace un nudo, lacia
terrible y voraz
(obsesión de tomar el agua de la
lluvia en la ventana,
desde mi encierro de la tarde)
muerdo un vidrio
como un solo sobreviviente que
araña el portal cerrado de la muerte.
último muerto, y muerdo un brillo
96.
Pude, tal vez, echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero "ya todo pasó". Zozobraste entre tus propias olas
y ahora todo es muelles de abandonos a mi costaHaché durante siglos la leña que quemamos.
te esperaba desde siempre, como un mandato presentido.
Ya has sido ahora lo sé, ibas a ser eso: lo perdido
que se guarda eternamente como amado.no puede odiarte mi odio, Nunca has sido tan querida
pero eso sí, el silencio podrá ser de tus cosas,
y la noche más oscura, tendrá tu lejanía,
y sólo tu recuerdo será melancolía.Nadie es culpable de nada. Esto es parte de nosotros
Ahora el olvido infinito es la manera de guardarnos
aunque a veces el olor de tu verano y de los pájaros
te acarrea como a leños de un viejo barco roto
que llevan las olas a la playa solitaria
de una isla de un naufragio muy lejanoTu nombre es mi pedazo de historia inaugurada
tu rostro es sin manera de olvido paulatino
tus manos dos tal vez palomas mensajeras no llegadas
que no llegaron, nunca a responder silencios
que aún cobijo
97.
Porque cuando miro el mundo como si fuese
un párpado
nada veo si no te he visto
quiero verte pues estoy ciego de ti,
quiero mis cerrados ojos abrirlos.
98.
No amarraré mis naves
habré llegado
y esa primera tarde
haré un fuego a la orilla del miedo
con el esqueleto de tus árboles desiertos.
Hasta despertarme con el sol mordiéndome
la frente
después de haber perdido la vigilia entre
tus sombras.
Apenas la arena caliente
y la ceniza de los leños que recogí.
Tal vez el mar se habrá llevado el bote.
Entonces, mucho tiempo después
seré amigo de los tigres que quise
ahuyentar con el fuego.
Aprenderé el idioma de tus pájaros
mediré el sol con mi sudor.
Y a cada aldea donde me haga
amigos
visitaré tus cementerios pero
no sabré rezar y no aprenderé
nunca. Y no quemaré tus tótems.
y no cazaré con las hachas de tus
hombres.
99.
Perseguiré tu alma
y cuando mía sea
buscaré tu beso
y cuando él venga
llamaré tu cuerpo
y cuando todo tenga
no tendrán mis pasos
en ti nueva meta.
Y si persiste acaso,
este vacío en mí
que te está llamando,
cuando el misterio oscuro
se haya iluminado
¿Qué tendrás tú
que me mantenga atado?
100.
Este silencio turbio
empañado de esta noche
este silencio sucio
sofocado con mil voces,
este silencio incompleto
este silencio sin frío
donde es un grito este
tu no estar conmigo
este silencio opaco
con el rictus de otras manos
este silencio mío
(porque viene de tus pasos)
con el gesto de tu ausencia
con el perfume vacío
de tu vacío lugar
que han llenado otras conmigo,
qué puedo decirte amor mío,
me da ganas de llorar
101.
Podría estar llorando
en una ventana cerca
del humo del visillo que resucita
de un vaso o un florero
o en mi cama lejos de ahora
pero no ahora lejos de luego
cerca de tu aprendida maternidad.
con las lágrimas
calientes desacostumbradas
como esta rara manera de un himno
de silencio que frota contra mis lugares
como la tristeza que no quiere que la olvide
102.
se apagó el mundo en
noche y en el cielo
otro mundo se ha encendido.disperso
103.
Una gaviota que planea. un instante
una gaviota que planea muere. Una
gaviota muerta que parece que
planea pero que está muerta.
Así es la sonrisa ahora que te has
ido. Con las puntas de las alas vencidas
104.
ah! tu pozo volcado
cerrojo de infinitos
donde guardas
la locura tan oportunamente
cuerda
pozo hacia fuera
hacia el cielo
105.
toma mi grito como un barco
tú tienes un arco
en la garganta
para levar anclas en la flecha
y liberar la paloma de tu alma
106.
Después de haber remado toda la luna.
entre los animales muertos y los gritos
rotos
en tu bocado despeñado de luz
íntimo precipicio del pez sobre
la arena
en el musgo caliente que rodea
tu garganta más hambre
latiremos en silencio
como los barcos dormidos en los puertos.
107.
El flujo de mi silencio rompe contra
los muelles de mi corazón
108.
Vendrá la estrella como el pájaro
vendrá la luna como el pez de barro
vendrá el día cuando lo lleguemos
a beber sobre los muertos
el sol.
109.
La melancolía hace buches
de capullos de música caliente
y el alma se llena de los turbios reflejos
de las ventanas con visillos o empañadas
en la tarde.
el ritual de las aves en los árboles
con la justa precisión de las seis de la
tarde
Y las estrellas que amanecen opacas
como los barcos de otras esperanzas
en el fondo de la mirada
contra la roja tarde
y las gaviotas que hacen nudos azules que
no atan.
110.
Allá en la noche en que mi mano
escrute los silencios de los suburbios
entre el musgo y la piel como las calas
en la confluencia de tus dos páginas redondas
con el olor de los pájaros con frío y el ruido de las flores
a la noche
Allá en la noche en que la palabra inexacta
dimitida
calle contra un silencio que es igual al alma
tal vez te encuentre solitaria,
tras de tantas horas de palabras
tras de tantos siglos de preguntas contestadas
más allá de tanto mandato presentido
hallado por fin en un rincón llenado,
en un zaguán para el mendigo acurrucado
y a lo mejor sepa decirnos
con la convicción de que eras lo que me faltaba
para ser nosotros.
111.
Voy a tachar la blancura de tus médanos de miga
y dejar los talones de mi boca como un título de un camino de sed
y voy a tildar cada poro con una bandera de saliva caliente
Hasta morder la cruz de las cúpulas
como un puño desesperado de abismo
un vaso para tu alma
y yo desesperado desde afuera
inventando gritos de socorro a mis ojos ya roncos
y a mi voz derruida de haber gritado tanto
yo desde afuera helado
golpeando a templos sin ventanas
la lluvia de la noche cayendo sobre mi espalda
me adosaré a los muros como un caracol desesperado
Y descubriré tus ojos y escucharé por ellos
más cerca el himno de la leche despertada
Y el incienso en los altares y en las aras
cáliz de sangre
cáliz de pasto
descubriré las entradas
y habrá una voz más en el coro de tu sangre
y un trueno de las almas nos hará temblar
y serás el agua acumulada de la lluvia
y zozobrarán mis quillas y mis mástiles
en el flameo de las aguas
y te preguntaré tras el líquido silbido
si has sentido un resplandor en tus ámbitos
como un susurro de la fogata del hijo nuevo
que aturdirá tu vientre de un médano de miga.
112.
Gracias por ser
y no yo
a través de ti
sino tu verdad testificable
Gracias por descansarme los ojos
con un silencio
entre tanto estruendo de fealdad
113.
Yo nunca te tuve pero te perdí.
114.
Si yo pudiese cantar como los pájaros
pastor de palabras
hacerte una puerta de versos
cerraría mis puertas a tu espalda
y el canto que te gusta sería de mis labios
¡si yo pudiese robar alas al viento
tejerte un canto con los tallos de mi alma
y hacerte un pájaro de sol para tu noche
y echarlo como lluvia en tu ventana!
pero tengo que resignarme a dar la mano
a dar los ojos a cantarte con los pájaros
a darte un puñado de viento ya cantado
a hacer mío la mano de los otros
y mientras bebes los gritos ya gritados
la lágrima del alma ya podida
dejarla en el alma agonizando
y darte mi silencio con los cantos.
115.
Tu cuerpo
esdrújula
casi a la mitad de un acento
una flecha
en un puñado de corazón y pasto
en el rincón de dos ramas
en el horizonte
del cielo y del mar
el sol herido
una paloma arrinconada
Dos páginas
y flores viejas y horas
acurrucadas en los vértices
un nido una garganta
una rama buscando la madera
un grito de madera
mandíbulas de palo
la savia
va deletreando el moho.
Tu cuerpo esdrújula
bandera
un acento vencido
la madera busca la madera
Nadie puede distinguir el humo de las nubes
Un árbol.
viento.
un acento
en un puñado de corazón y pasto
secreto.
116.
Mi necesidad de ti es
tan grande como tu
existencia por eso
serías suficiente sólo
si pudieras esconderte
en mi conciencia
y dejar la ropa de tu
cuerpo en mis sentidos
117.
Mis manos copian tu relieve
como el agua amontonada de la
lluvia
y deletrean cada una de tus olas
redondas,
y resbalan sobre tus médanos y
los modifican
como si mis dedos fuesen viento
y empañaran tus cúpulas
y luego el agua cae al agua y
tus manos y las mías.
que te peinan los dedos
118.
Me afanaba en tejerte la poesía como alfombra
para que tú caminaras sin hollarte las plantas
119.
tu recuerdo me duele
por el tú que faltas
pero no reniego de saberte
no reniego de necesitarte
odio la burbuja de vacío
que me contiene
Recién pensé: amor mío
hubiera sido triste ver caer
las letras sin que las recogieras
lo pensé y aun así fue triste
fue triste fue triste
varias veces triste amor mío
varias veces amor mío
estás repartida en este silencio
empapando su presencia de ausencia
llenando esto lleno de vacío
como las cosas
conocidas y creídas de la pieza
ahora que apagué la luz
como ellas,
que podrían irse y volver con la voz de la lámpara
y yo lo ignoraría
y es así como está tu no estar,
sólo que no lo pienso
para que la noche no se doble líquida
como lo que está detrás del fuego
tú me entiendes, bueno, sé que lo harías
para no llorar
entre las lágrimas que ya estoy llorando.
120.
Quiero saber qué es cercanía.
¿el beso? ¿la chispa?
para nosotros piedras.
para nosotros bocas.
Quiero saberlo para tener una palabra.
una palabra ante la gente.
¡Ya sé! alegría...
(porque cuando estás conmigo
estoy alegre)
Pero no es sólo mía
y quiero algo mío, de los dos.
Escucha. (y déjame llamarte Querida)
Querida: tristezas ajenas,
cercanías, es el hijo
Porque en un momento
besarte es besarme, a mí mismo.
121.
Las pelusas del humo suben como las burbujas, en el mar
del aire,
y se mestizan, con las nubes como las burbujas con la
espuma de
las olas. ¿Quién podrá distinguirnos cuando nos
desasfixiamos del
mundo en el cielo de nuestro instante de amor.
122.
La lacia melodía de los ojos se expande
más que como un agua
como un cántaro a volver lleno
de agua
más que como un naufragio
como un anzuelo o una red
Pero hoy no hay peces.
y no pueden darme las manos
las ramas tocadas no importa cuánto hace
y no pueden ofrecerme otros ojos
los pájaros vistos
algún día
Se esparce mi soledad
Mucho más
voy recogiendo mi soledad
previa de mí
de todos los lugares
donde sigo estando solo.
Ya no importa recoger la soledad
o llevarla dentro
como a un silencio
—o una indiferencia por las palabras
que no son las esperadas—
sólo importa llorar
123.
La lanza del viento se mocha contra los muros más duros
que filo su filo y se endica
El agua remeda el pulmón del lago con su aire azul,
pero guarda en secreto las olas las cascadas la lluvia
y los rayos de líquido brillo en que podría derramarse.
pero si el dique cae o el muro quiebra, el viento es viento
y el lago es río.
Si mi abrazo se desata para buscarte flores, esperas mis
costas
con tu forma estática de lago.
124.
Mis manos pronuncian tu nombre como la voz recorre la caricia de
la piel de las palabras
mientras el ambiente del alma se infla como de un olor a flores
recién cortadas, desnudadas del silencio que aprieta el perfume contra
las páginas.
125.
Tu pecho es un candelabro de dos velas.
Tú del pecho bífido
del corazón como una medalla de pájaro
del pecho de Iglesias
del pecho de labios.
Tú del alma como un ámbito
de las manos como los caminos de la
música
Del hueco mordiendo el mar
o llevando un nido entre los dientes
como dos ramas de pan
Tú de los himnos de nubes erigidos
en el pelo
Tú de las venas como vientres
del corazón como una casa
Tú Tú...
Tú de la voz empañada de pelusas
Capaz de esgrimir mi nombre
a la mañana
con el sol
y llegar a buscarme
Tú como una niña
como un puñado de agua o mariposas
tú lenta grave
Tú quieta triste
Tú como mi contorno
(eterna en mi costado)
tú como la savia
enredada en mí de árbol
en el nudo de mi corazón añejoTú con un corazón
Tú como un corazón
cuando eres toda corazón y lates
herida de flecha
y agonizas
y sangras
a la orilla de la savia
Tú resucitada luego de una muerte ritual
Pastora de ecos
Mujer
Madre
Tú con tu vientre de puño
Tú del pecho bífido
de madejas de miga
Tú como un horno
Tú de ojos de chimenea
Tú de mirada de humo.
Tú... Tú...
Tú de playa
de arbustos y olor vegetal
de los heraldos del vientre
como médanos de nubes
como balcones
Tú del tercer oído
como un vértigo
como una chimenea de bodegas
con el mar a veces
revoleando molinos en tus vértices
como un ariete de toldos
y un faro vencido a medianoche
126.
Tienes la fatiga de la poesía.
Tú del pecho bífido
Y también tienes otro
nombre
tú del vientre luego doble
como tu pecho bifurcado.
127.
Si no te hubieras muerto
no sabría que ibas a morir
si no llorara como lloro
no sabría que lloraría así
si no te hubieras muerto
no lloraría como estoy llorando
y ese momento triste de tu muerte
lo hubiese ignorado
ahora
si te viera resucitar
despertar de tu sueño
aun viva sabría que estuviste
tristemente muerta
si no supiera que partiste
ignoraría que estás muerta
como ignoro que has ya regresado
no supe que estabas muriendo.
128.
ha caído salpicada a mi alma
una pluma de la cuerda de la guitarra de un
grito, de lejos como un árbol nacido de amor
emitido de dolor enfrutecido de llanto
y muerto de soledad.
y agrio como un grillo el relámpago de
mi grito. en mi alma
y yo encendí la leña mojada de mi escalofrío.
después la ola del silencio se llevó los castillos
de la playa y quedó la duda de las voces
y un eco arenoso y frío como un miedo de gritar,
y deshacerse como un castillo de arena.
luego tomé tu mano desesperadamente.
sin olvidar alguna soledad recién empezada.
129.
en tu estirpe de tierra
mis campanas romperán como los duraznos
tu mano sangrará gorriones de barro
barro de sangretu mano cíclope en el vientre
allí vivirán mis ojos
(como el alma de la luna
que está loca)
como una luna quemada
que guardó antes de la tormenta
su razón en tus guaridasperdóname
perdona mi hombría
no pude sernos
el hijo sin sangre
no pude sernos el hijo
sin sangreen la frente de tus manos
techo de madera y leche
mi beso se arrodilla
como un árbolun rey
tributo sobre la tierra
por tanta saciedad recogidaahora
la historia nos espera
los rostros nos repetirán hasta diluirnos
los rostros acechan en el tiempo del hijoven madre
amiga de mis manosnosotros
a ungir de dios mi silencio vacíotu silencio sobre el mío
es vigilia y plenitudfuimos de la mano hasta tu vientre
y no tuve miedo (sino dios) de la eternidadtuve dios amiga
yo también he creadotu telar guarda mis manos
como la tierra gira por los árboles
y los cementerios
como si todo fuese líquido
y los lugares en proporción
sólo fueran en el exterior que es
una vasijaasí gira todo dentro de nosotros
yo dentro de mí
que fijamente soy sólo yo
mi afuera
las veces de los otrosdame tus manos
raíces
pájaros
libertad y
libertad
130.
Iré a buscarte los días
a poblarte las horas
a urdirte la sangre
como una ciudad nocturna
131.
tus manos latirán
como los pájaros que esperan la raza
en el trasbordo ritual de los diluvios
pero llegará la paz al beso
y un rumbo para la libertad
que nos está buscandoven grita conmigo
descalza como la tierra
echa a volar tu pájaro total
tu pan tu molino tu espiga
cisnes por fin
tascando las tormentas
como una nave
que late el mar
como tú amiga míabaila baila baila
el viento se ha hecho para ti
árbol en libertad
levanta tu raíz muerde las
nubes con las manos
que yo besaré tu locura mientras tu luna
amiga
amor
te azuza el mar
que llevas dentro
132.
amortajado de sombras voy esta sonoridad de silencio por el borde
más ingenital de la noche. Tu imagen me arroja una lámpara
tu boca una antorcha de sonido para incendiar al silencio.
133.
Siempre
empieza
constantemente
como un río
este amor
que no termina
nunca
134.
Cuando no estamos juntos
me sobro.
135.
No me dejes en esta tiniebla de tu vida
con mi soledad. Dile que se vaya, que me deje
solo.
136.
¡No puedo ni decirte adiós!
Mi alma deshecha se enreda
en las piedras de mis dientes
como un musgo y la noche
continúa como un río
y siempre será menor mi
tristeza anterioryo te ofrezco mis ojos como una
costa pero muchas plumas
del puente se las ha llevado
el viento del agua
Y yo te extiendo mis ojos
como una mano.
y vuelven como redes
desde un mar ya sin
peces.
137.
Un día estaremos sentados
a la sombra del tiempo
de la mano
leyendo tus versos y los míos
los dos como una sola flor
la que hubiera sido el infinito
si no se hubiera derramado.
Un día, amor.
138.
Entre palmeras de multiplicadas manos
inmóviles alas de abanicos
sobre la hierba cómplice
entre el aroma sonoro de los eucaliptos
sobre la tierra desvestida
sobre algunas piedras huérfanas
contra la tumultuosa cabellera oceánica
recogíamos piedras o caracoles
cazábamos canciones en el aire
y atrapábamos las palabras
con que ahora edifico estos recuerdos.
139.
Desmantelando naranjas
demoliendo pianos
triturando caracoles
como a fetos de flautas
voy y vengo entre pies
e iluminación vacía
besando la íntima piel de algún espejo
con reflejos de lenguajes diferentes
De esta peregrinación por el aire
de esta torre de saliva
se pueden decir tantas cosas
tiene tantos nombres la soledadY el tuyo, el más atroz
140.
Te llamé por teléfono.
era el silencio en punto de tu ausencia
en mi pieza sin tiempo
Te llamé con insistencia
la llamada se extendía por el aire
la llamada sin respuesta
como un grito agonizante
inundaba el vacío callado de tu casa
y sonaba tristemente a nadie
Colgué. hice otra llamada
la misma cruenta voz que se partía
la misma temblorosa campanada
Me pareció que tenía algo de risa
recorrí en mi memoria todo el ámbito
un silencio sonoro que dolía
Volví a cortar. Estoy pensando
ahora en los venarios corredores, en la puerta
en los discos quietos y callados.
en la paz tranquila de la mesa
en el pasillo aortal que se derrama
y que pasa delante de tu pieza
Al pasar me fijo en la ventana
Tu mundo de misterios escondidos
y me siento de recuerdos en tu cama
Se me sube a los ojos el vacío
se encarama tenaz a mi garganta
me siento encerrado en el delirio
Ahora pienso y se me anega el alma
que tal vez cuando te llame nuevamente
me responderá el silencio de tu casa
Y mañana y después al día siguiente
y también después de una semana
y otra más y después ya para siempre
Hasta que yo sepa de verdad qué pasa
: que sólo existes en mis sueños de demente.
141.
CLICKYa está la foto.
No puedo entender que fuéramos
que ese tiempo de beso
tiempo de nosotros
en que atrapábamos la vida
se haya vuelto papel de fotografía
y yo la mire solo.
142.
Y cuando se pronuncia la primera letra
de silencio, yo ignoro si es la pausa
de una coma o si es la semirrecta
decisiva de un punto final;
143.
Me ha llegado una carta tuya
desde antes
desde un día en que podría haberte averigua-
do
Hoy es el día en que sé que podrías haber
llegado
Hoy es el día en que
creces con los instantes
de mi caída
a lo largo de tu tamaño de pozo.
Tú eres un sobre cerrado desde que
existes carta.
Aquí.
Hoy, tus ojos:
¡Querida tú!
tu boca:
esperada, llegada, tenida tú
mis manos mar y anclas
tus manos anclas y mar
tú: mar
yo: ancla quilla
En el horizonte, esta manera de
nosotros
esta forma estridente de decir
esta forma ajustada de ser.
Me he caído a las entrañas de
tu alma,
allí me quieres
encontré la bandera de mi
imagen
y un llamado que esperaba
que lo fuese a buscar
a escuchar
un candado grita su dolor
estático.
Se aprietan las voces de
tus cosas y no te entiendo
y se deforma tu imagen
simple,
complicada.,
Me abrazan los renglones de
tu abrazo.
Mañana seguiré la
estela de mis ojos
Me acantilé desde tus ojos
aludando a tus sótanos desde un balcóny se encontraron mis dos maneras
de verte de escucharte de
hundirme
Mi conciencia está en tu almaHe despertado en tus playas duras
o como mi blandísima manera
de sentirlas.
el tú que pienso se infla de ti
Eres enorme
y eres tú
y te sospecho infinita.
Tú eres hasta donde son las cosas en que
existo en el instante último en que
estás llegando
Hasta allí eres tú,
pero hoy que lo sé desde allí eres
hasta donde llamo tú.
144.
A veces no bastan mis maneras de tenerte
para mi voracidad.
Me empalagan los abrazos apelmazados
y un bostezo se infla en mí
y te aprieto con la desesperada
fruición de dos muelas en mis brazos.
y vienes a enhebrar mi abrazo
a imprimir tus bordes en mi piel
a caber en una cueva
que se encueva en ti
como una espada de luz
que hace sangrar el misterio de los cofres
y atardezco en tus aguas mi
naufragio de ocaso
tu mejor abrazo
mi manera de abrazado
también tus brazos
tus pliegues
la ciénaga en los
hombros de tus brazos
mis raíces
Se elevan los mástiles al cielo
se acantilan las quillas en el mar
déjame guiar el barco de
este abrazo
tú guárdalo
cierra un párpado sobre los cráteres
déjame nacer de ti
como una lágrima de lava
como la derrota
de mi mano abierta
y luego ansiar en tus
costas la gruta del remanso.
145.
Me gusta llegar a las guitarras de tus manos
porque son telares de silencio
y cantan mi paz
y en sus acequias caen mis mejores
horas con los cadáveres de mis lágrimas
como un simple posible sabor que no
he sentido
por eso me gustan los candelabros de tus
manos.
porque ellos no dejan acercar la noche
y arde a la paz de mis imágenes como
velas sin viento
Te perdono porque tengo derecho de llorar
y perdonarte
Porque todos tienen derecho de ser una
vez culpables
porque todos tienen derecho de ser
perdonados.
porque te amé después de un perdón
y necesitas mi perdón después
de amarte
146.
Tú llegas a veces para recomenzar este silencio
desteñido polvoriento de astillas de
bocas escombradas, enmohecido
de quizá llamados que cayeron
exhaustos antes de mi noción
de soledad antigua
como el fuego de una antorcha
no me regala ni un silencio
de oscuridad a mí que estoy
en sus últimas olas casi
en las playas de la luz,
que en mi asfixia cabe sólo
la sorpresa del aire
y hasta que compruebe
sus gotas no sabré de
su tal vez cercanía de
sus tal vez gotas de mi
quizá muerte;
porque los brazos de los
gritos, mutilados antes
de mí no descascaran
la burbuja de mi silencio
por eso tú vienes a recomenzar este silencio,
éste mi fiel, porque no hay un instante de no él hasta
él desde mí en que esté solo de él
este silencio pegajoso, meloso, oxidado, ya no sé si
del metal de la estatua de mi alma o de
la corona con que es
él, y mi soledad
existe.
147.
La primavera encendió fogatas
verdes en el campo virulentas
de caspa de margaritas, el viento
se apoyaba en los titubeantes
árboles
148.
la música se destiñe
en mi corazón como una
bocanada de niebla
indescifrable llora
mi corazón
mi corazón llora y tus
imágenes desafinadas
como una calle tras una
ventana de inviernoy tú subes como un incienso
de vino
149.
Tu frente como un altar de música
risco de vientre, proa o techo de fruta
y mientras un bostezo de música caliente
nieva a mi alma como un último velo
a esa hora sin culpas y sin manos
llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros
a esa hora en que acuden como arroyos
revertidos
las horas que oraron;
tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,
de cerradura y de campana
con los ecos lejanos del rojo campanario
con las alas alertas de campana entre las
páginas
con las viejas olas guardadas
que rompieron de violines tras los arietes
encallados
tu vientre de bodega y sótano
de caracol y pájaro
de incienso profundo entre la hiedra
heraldo y soldado de la gruta
tu vientre de la música coagulada
del agua enmaderada
del agua derretida
de la música derretida a la hora
de empezar a esperar
y de llenarse los ojos de perfume
como antiguos altares de templos recónditos
adormecidos de rito y pulso de pájaro.
tu vientre y tus manos
tus manos de puñado de piano
de candelabro de lana o miga
con rumbo de guitarra
y ya ahora toda tú
viejo crucifijo de fe
ya no volveré a rezar en ti
barco de tantas tormentas de ciego
simplemente
tristemente como a una siempre casa
con ese diario olor a cosa mía
tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro
persigno tu recuerdo
tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse
yo no te olvidaré porque has sido
quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas
y tantas horas y yo mismo dejado,
abandonado de ser
para orar por las tardes de recuerdo infinito
hasta ser el que te ha olvidado.
150.
¿Quién puede decirme el orden de la
espuma
los laberintos descifrados de la
espuma
los panales resueltos de la espuma¿Quién puede decirme sin dudas
la duda
el garfio interrogante en la
penumbra
sin dudar, el rostro perfecto
de la duda?¿Quién puede decirme: no
despertarás del mundo;
y pensarás: en la vena de mi inimposi-
ble soledad aferré un puño
y en la garganta inexorable
del silencio mordí un nudo?
y pensarás: descubrí una manera
de ser más que una mente
¿quién puede explicarme
ese miedo de
caerme del carro de las horas
y quedarme como las piedras
empedrecidas y demoradas
de las costas
que (¿quién puede decirme que
no fueron gotas?)?
y no sé si tengo sentidos extraviados
en un mundo incoherente
o estoy decapitado de sentidos
en un mundo de cosas y de gentes
151.
Tu silencio es de noche y yo tengo tu
silencio
y he naufragado en él como un ciego y con frío
y aunque se acumula en mí un vacío
de ti
tu silencio es míoEstoy vacío de silencio y me guarido en el silencio
Estoy lleno de palabras, mas no sé
decirlas
tengo fiebre en las lágrimas y nada de ti
sin embargo tengo; tu partida.
152.
No he lavado la ropa que tenía
la noche que nos desenvainamos
y desnudos como la miel que cae
de los higos maduros a la siesta,
nos anudamos acuáticamente
como dos lagos o dos gotas de agua
que se juntan innumerablemente.
No voy a lavar esa camisa.
153.
En esta noche aquí en esta ciudad
hoy, cualquier día un cualquier nunca
en esta ninguna parte rescatada
yo: este nadie de cosas y almanaques
de resecadas rosas y poemas volados
aquí en esta ciudad yo ahora
estoy escribiendo tu nombre
con dedos de niebla
roto contra el aire encallado
en la noche triste y sola de esta ciudad
donde hay tantos que tal vez recogen
su memoria, su alma, su tristeza
para llevársela luego a algún poema oscuro
en una ciudad cualquiera, solos.
154.
Necesito un jirón de tu voz para amordazar la noche
La noche sangra la noche sobre la piel de mi alma
Y mi alma, muere equivocada con la sangre suya
de la noche.
La noche inunda la noche como en tu voz vive tu voz,
Tú me señalas con el índice de tu silencio el viento
de la noche,
las olas de mis brazos rompen en la playa
de río de esta noche, y tu dedo se alarga con
mi deriva inevitable.
Tú me puedes salvar,
La noche ya me llega al cuello,
el silencio alarida su brazo oblicuo y negro e instantáneo
cuando reviso mis oídos.
bajo mis ojos impotentes de las ventanas vacías
voy a la bodega de mi mente a sacar el polvo
a las imágenes,
Estuviste tanto conmigo que nunca tuve tiempo
de recordarte o sospecharte,
Me sobra tiempo para morir
Me sobra tiempo para recordar
Me sobra tiempo para esperar
Me sobra noche y silencio para morir las mil veces
de mi amor sediento y vacío
me sobra el pecho de mi ansiedad y mi angustia
para la última espada conocida del silencio que
me sobra, que sobrará,...
y el polvo.
155.
Así yo en ti
tu imagen puntiaguda y penetrante
ha llegado como un mástil a la vagina del alma
y se yergue allí como el murmullo sigiloso
de un estruendo guardado y contenido
Por eso mi boca se titula con tu nombre
y tras tus puertas, en el templo abrazante de nuestra
hora y de nosotros,
donde la oscuridad reina como en una caja cerrada
coronas como un anillo mi existencia íntegra
mientras mi rezo lancea el cielo
las palomas del eco se acercan a parpadear con sus alas
y los muros se derrumban con estrépito de humo
Y nado en la pecera de una lágrima
mientras se van derrumbando tus cristales de
burbuja
hasta que el vértigo en que nos evaporamos hasta
mezclarnos
resucita de nosotros
y estamos diferentes y nítidos
como cada uno de nosotros
borrachos aún de cada uno.
como dos vasijas quebradas
y las aguas novias
inundando la ciudad de los pedazos.
156.
Como una bisectriz del alma
*
La luna me seguía como un perro redondo
157.
Se ha inflado de silencio el ojal vacío de mi alma
la débil piel de una O anilla como un puño en el mango de mi ahogo
como una burbuja que me socava la garganta
y más allá de la sola oscuridad que sólo me llega de la luz
158.
La página existe como un abismo imperativo
y sube en mi busca pues mi caída la eleva
y soy un alud por ella y quiero caer.
y sé que dejaré la huella de la huella de tu imagen en mí
y tengo para hacerlo un mar esférico
mi rumbo insabido puede ser cualquiera
mas sé que uno acaba o existe entre la costa y yo
y a veces supongo que son más de uno
159.
Esta zozobra de todos los altares
esta prisión de todo mi albedrío
Es una cosa de verdad incalculable
esta deriva ciega, sin destino.No te asustes de esas cicatrices
son parte de mis gestos, son sonrisas
—No entiendo bien lo que me dices.
¿Que de quién son esas fotografías?Me parece que son de una película
me las traje puestas desde el cine.Ahora mientras te quitas los zapatos
voy a echar al fuego alguna leña
de paso tiro esos retratos.
Podrías abrir esa botella?
160.
una luz una señal una estrella a través de la larga oscuridad
el jardín de tus manos la granja de tus ojos
y yo podía deletrear tu respiración descifrar tu respiración cada célula de tus palabras
era un luminoso viaje a través de los pulmones de la oscuridad de la sombra de las tinieblas
como es todo contigo como pasa con cada cosa contigo
todo un universo en una lágrima
un completo universo en una lágrimael amor me hace ver todo con arcos iris y pájaros volando entre medio
pero hubo un día en que yo no te quería hubo un día en que yo todavía no te conocía
hubo un día en que yo todavía no te había visto nunca
y cuando yo te vi por primera vez
la primera vez que te vi había pájaros y arcos iris
sonriéndole a mi vida
te amo
no estoy muy seguro de las cosas que no amé antes de ti
no estoy muy seguro de las cosas que no hice amándote antes
tú eres como mi alma
tal vez yo conduje tu imagen a través del completo inventario de mi vida de rostros
terminaba en el tuyo
parecía tan fácil tan naturaltodo va ocupando su correcto lugar en mi espíritu
mi mente se aclara a cada díael tiempo tiene delicadas manos y acomoda todas las cosas sin romper ninguna
mis manos no son tan delicadas rompí la alianza
rompí el anillo de casamiento
me gusta mi voz de pie en tu nombre me gusta mi voz haciendo pie en tu nombre
me gusta fijarme urgentemente en mi cuaderno de apuntes
corrijo: libro de marilói
para tocar tu mente
para mojar tu mente con un color
yo antes nunca pensé acerca del amor relacionado con colores
un color no religioso como el color religioso del amor
ahora ya sé cuál es. el color de mis ojos cerrados cuando a veces el oro es oscuro
ya no tengo más garantías en mi sangre mis ojos vuelan con alas matinales
tú lavaste toda la mañana que yo venía trayendo en mi boca
todo el acero que tenía toda la soga los amarres ataduras todos los pesos que tenía
las cargas
es para estar en tu libertad para estar para estar
con tu libre asidero tu libre adherimiento tu libre pegarme a ti
si tú abres tus ojos yo reviento la luz rompo con la luz
tú me sangras me desangras tu mirada
tu respiración construye mi alma tu aliento, la edifica
yo recuerdo tus dedos arrastrándose
moviéndose cautelosamente sobre mi piel
inventando mi forma
ciñiendo mi cuerpo con espacio
soy una isla en el medio de un océano ausente
esta soledad esta tristeza del aislamiento me hunden
miento en tu ausencia olvidándote
161.
Mi corazón camina en mi sangre
mientras va penetrando.
Su boca trepa a través de mi
pecho como un profundo castor
Hace un agujero
y vuela hacia el sol. Mientras asciende
gotea un sueño que cae sobre mis
manos. Y nosotros estamos ahí, cuerpo
a cuerpo, paseando por una muy larga
calle. Ahora puedo empezar yo también.Me, to the earth.
162.
Como la piel de una palabra
*
Luna: hostia de mi desesperación
163.
Disuélvete en la noche poco a poco
como cuando te disolviste de la noche en mí
ve apagando las velas encendidas
una a una
yo quedaré como en un templo a oscuras
como el alma del templo, como mi alma en mí
ardiendo como hostias en los cálices
con ese fuego antiguo que es tan fuego
que arde mudo y no se puede extinguirRecoge las palabras de los sitios
termina la agonía de los pájaros del eco,
desfigura de mi iglesia tus imágenes,
Hay una nueva sobre el altar
tú eres una imagen de ella
te romperás sin poderla quebrarY luego con los puños solos
Sin manos para un fin o un "otra vez"
yacerán los pedazos de la imagen de nosotros
sin poder ser nunca ni otro pedestal,
y si un día sobre cal de tu cadáver
se desmorona una lágrima imposible de llorar
alguien como todos que no sepa que estás viva
pensará en la lluvia, o en el agua nada más.
164.
Yo te perdono las manos de un tú de las que se aferraba
alguien tú, regocijándose de sus dedos, y de sus dedos
toco no las mías transparentes como el silencio
, con vocación de tú, que tú confundías con lo que
no era tú, o ignorabas y que ahora te tiendo
ayer.
165.
Los dedos de los dedos de nuestros dedos
con que se anonimizan nuestras manos
de donde emerge el aroma puro de nosotros
donde no existe cada uno pero existimos
mueren cuando podemos estar juntos,
porque ya no lo estamos;
por eso son de cada vez.
166.
Que estas puertas de llegar
sean las de partir
si no encuentras tu vida
en mi sendero,
si tu memoria me renuncia
si tu amor
se descalza de mi nombre.
167.
Tú mujer,
tú amiga, luz,
tripulación total de mis espigas,
tesoro en llamas en la boca
de la madrugada
tienes las llaves y el timón de mi vida,
las anclas de todo mi destino.
Eso te lo doy. Como una mano,
como una manzana.
Pero no debes tropezar
con mis pies.
No te sientas encerrada
en mi libertad
que te regalo.
Quiero ser tu camino
no tu calvario.
168.
El tren de la sangre avienta barbotando alas
Yo no puedo amordazar las mil manos
de los borbotones que van a buscarte
Mi conciencia es piel de mis olas
pero a veces
169.
If I could lock your memory
with my dreams
If I could
170.
Es más rotundo el silencio
con las voces de los que no están
conmigo.
171.
la oscuridad de tus laberintos va acurrucándose
en tus vértices
simultánea de la voz de mis
antorchas
con el silencio apretado
en los rincones silenciosos
luego yo mismo
recorro tus cenizas
172.
¿Sabes que a veces se me esfuma
tu perfil? corro por la incertidumbre
desesperadamente como queriendo
atrapar un perfume en el aire y cuando
lo logro, como un buzo que emerge
por el polo salgo de los misterios de mi
memoria con mi tesoro en la boca.
173.
Hace poquito, apenas diez minutos
estaba en la habitación escribiendo un poema
y tenía la voz algo nublada, casi
como callos de callar en el aliento. Y no
podía dibujar, la música se me caía del
pincel, el aire estaba lastimado (se han
muerto demasiadas palomas en el mundo).
Entonces cazando con mi arco sin flechas
ante un público fantasma Me sentí
vulnerable demasiadamente herible por
afuera y me metí en tus ojos que
estaban dentro de los míos y dejé
que mi voz rodara como un tronco usado
sin miedo del espacio ni de la
ausencia de las golondrinas.
Te llevo como un escudo por dentro
emperatriz de mis dientes.
174.
Domingo de hoy de rezar solo
Domingo de Domingo de creer de a ratos
que se alzará tu llamado.
de comprobarte tú, de quererte tú,
de eternizarte en el tú
de llorarte, de rogar: Dios mío ya
no es alguien del mundo, es ella. Ayer quise
su principio y su llegada,
Dios mío, que vuelva.
175.
Gracias por hacerme ser para que me
agradezcas
gracias por agradecerme
y por poder darte las gracias.
176.
Como la tácita sangre de la
hostia
como el lenguaje mudo de los ojos
como un mundo que embaraza las palabras,
porque las olas rompen en mi corazón amordazado
y mi alma es un mango que la tristeza empuña
porque te aprietas como un párpado
y el mundo agoniza de silencio
porque me empalaga el vacío
que se me infla dentro
cuando pienso con miedo en no haber sido yo
en que pudieras no llamarme con tu tú
está un ruego
estás en mi alma de pupila como tu observado
y yo sé que alguien te mira como yo te miro
(pero sé que aunque te mire yo te miro más)
y no quiero gastar en lágrimas,
177.
Porque tú eres tú y puedo decirte tú
Porque lo ocupas como él habita mi llamarte
Tengo fe en ti luego de dioses vanos
y elevo mi oración de tu nombre a ti
que eres tú
178.
Escucha esta oración de siete versos
semana de amor desde un domingo solo en que rogaba:
Dios mío si llega sabré que es ella y podré decirle tú
tiene la cara que tendrá, la que en este día,
mañana no ignoraré
Señor dame una llave para romper
el candado de mi silencio, de mi noche,
de mi tristeza circular que me anilla
como el vacío que ocupo.
Lunes de ilusión, de buscar mi sueño
en mis preguntas
de evitar mi piel por temor de despertar
martes de amor supremo de palabras
de piel de temor inmenso de convicción
tan fuerte como el amor sentido
Miércoles de pendiente, de alud
de involuntad de piedra
de escombros en los diques
de riendas mutiladas
de amor crecido de alma hinchada
y ajustada contra el abrazo de
donde cabe.
Jueves de embarazo de amor de corazón
inflado, de ruego, de amarte
más que ayer de muros superados
de martes insignificante
de miedo de mañana
Viernes de hondura de lágrimas
de miedo de tu primera palabra
de ahogo en la garganta de
mil palabras rengas de voluntad
ficticia sábado débil de los dos
gastados de los dos inmensos de Domingo
con cruces de Iglesias con los dos.
179.
Amiga
dejemos la poesía
para los que no tengan la vida
depongamos los nadie
que nos somos
y entrémonos fácilmente
como la soledad.
Démonos las manos
cambiémonos las manos
como antorchas
para explorarnos
para medirnos el nunca con la piel.
180.
Enfrentarnos aquí
(el frente redondo de los ciegos)
Después de todos los caminos
que hicimos en el silencio
habitarnos el tiempo
con un gesto de espacio
Poblarnos esta actitud de manos
con raíces penetradas de altura
dejando la saliva de las horas
en el borde luminoso de los ciegos
Enfrentarnos aquí
mi silencio envainado en tu
garganta
la vida uncida en las palabras
untándonos los ojos de testigos
Enfrentarnos aquí externos a dos
ojos adentro
como el innumerable infinito en los
espejos.
Enfrentarnos aquí
aceptando un rostro para la soledad.
Y el largo miedo
hasta el silencio.
181.
Volcarme por los bordes de la cordura
caer como hormigas que trepan
chorreando la sombra
desviscerada con palabras
vociferar mi silencio
como anchas lanzas de espacio
vivirlo todo con la infatigable infinitud de un verbo
y olvidar
o ya no pensar en todos los hombres que
he sido
redondo en mí
de haberte tragado como a un
túnel
y decir que hasta
asido como un náufrago en tu boca
cruda como el sol como el fuego
encallado en tus dientes
diciendo amor con pájaros calientes
rebalsándome los ojos
que cerraban la locura.
182.
Canta como si fuéramos antiguos
Tal vez preguntes por qué elijo palabras que no se parezcan a sí mismas por qué escribo cosas tal vez incomprensibles como elegir en vez de un rostro, el eco en un espejo. Tal vez me preguntes por qué anudar palabras como eso de tejer colores en los ciegos y hacer largas trenzas que se desatan con sólo tirar de los extremos. Tal vez me preguntes con insultante franqueza por qué desvarío
por qué, y mediando una buena voluntad de entenderme, intento conceptos inasibles, fantasmales abstracciones como son los caóticos absurdos construidos con las cosas más sencillas, simples y cotidianas como el sol o todo lo animal y lo vegetal y mineral. Y por qué no digo nunca amor o tristeza o melancolía
Pues entonces me alegraría de no saber qué contestarte.
Y te seguiría diciendo cosas incomprensibles tanto
como es amar.
183.
Quiero ser dulce como un soldado herido.
Haber delirado en las manos de tu
insomnio.
184.
Entraré en ti hasta el exterminio
las hordas de mi sangre
te confinarán en tus propios rincones
mataré tus rebaños para dar
de comer a mis soldados
De todos los palacios que me sobren
haré lugares para mis caballos
violaré tus cementerios
y te obligaré nuevos Dioses
te comeré las manos y lo que
sobre engordará mis perros
y no me traicionarás ni con veneno en
mi vino
ni cuando duerma la embriaguez
de las orgías.
Afilarás mis espadas y mis lanzas
y curarás con tu polen las heridas
que los tuyos hayan clavado en mis
soldados.
Y luego, manso como un rey
te diré que te he amado mucho.
185.
estoy parado en el
andén del tiempo
me faltaron días
para mi historia
me faltaron los
hechos para
la vida
y veo hundirse
en el innumerable
nunca
la nuca de la vida
y me vuelvo caminando
pisando el vacío que voy
186.
entiendo tu miedo y tu
Algo nos asusta al empezar
a ser trascendentes para alguienNo todas las cosas vuelven a su
origen, tal vez sí en lo absoluto,
pero no siempre en el tiempo.
me basta pensar en mi madre
por eso es aquí, esto no es para
sino por vos,. qué tiene que ver eso
del origen, tiene, porque si bien
digo que antes y eso implica bastante
"antes para llegar a hoy" y eso
implica antes pero fundamen-
talmente hoy, y hoy que es un
ahora, un desde y un hasta digo
ahora tú, hasta que tú y desde
nosotros, y éste es el origen de
vos en mí y de que todas las cosas
sean por vos y para siempreentiendo tu miedo y tu
orgullo. Ni siquiera te lo pregun-
to. Cuento con ellos como
conmigo. Y sobre eso de preguntar
te diré algo que siento sobre las
cosas y sus palabras. Hay algunas
que son retóricas, otras viven más
en el silencio y en el vivir las palabras
más abajo de la piel de las palabras
mismas. Otras son dulces.
Brutal y ferozmente dulces como
te putita o te quiero
o mujer mientras morderte
la boca y muelle muelle
muelle y agua muelle agua
y el mar como un gato cabecean-
do y te quiero y entiendo
tu miedo y envainarme en
vos como un topo ciego redondos
de tan enteros iluminados
con la dulzura de los locos y la
ferocidad de la dulzura. niños
viejos y leones tocándose con
los ojos los astros que nos entran
por el tiempo y como ves todas
las palabras perdidas porque
vale más vivirnos que pensarnos
y hasta equivocarnos que saber.
187.
A noche y rabia
destejo la sal de tu espuma.
otras lunas traerán las olas nuevas.
Para olvidarte me basta encontrarte nueva-
mente.
188.
Buzo a la nada
Naufragario
¿qué es de tu vida? —yo—El huerto de choqui
ésta es tu tierra
inexorable como una abeja
siembro en tu silencio.
189.
Sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro.
Sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras.
190.
Tantos tiempos hay en un mismo tiempo,
tiempo de tantas cosas.
191.
Está visto
Está sabido que
Está sido que yo
Está vivido que yo nunca
Hubiera sido uno
de esos solemnes o terribles señores
con anteojos y joroba.
De esos que se mueven por
sus bibliotecas con la familiaridad
de un pez solo en su escueta pecera.
A veces creo que tienen algo de
dromedario, que guardan litros
de páginas en la joroba de la espalda
y las de los dedos. Los infaltables juanetes.
Porque casi todos tienen cabeza
pequeña, tal vez para tener los ojos
más juntos, —la nariz no es importante—
nunca se muerden la boca; y las orejas
a veces son alas deterioradas, grandes
como paraguas, a veces un poco chamuscadas
y otras veces se les caen por el mismo
camino de la calva.
No sé si hay alguno que se coma
las uñas, ancestros de roedor no les faltan.
Algunos chupan de la pipa con invertida
frustración de flautistas y oyen una
inédita música con los catacúmbicos bronquios.
(espero que no hayan leído nunca
la palabra catacúmbicos) ¡Qué volutas
de abortadas melodías!
Asunto corbatas = me abstengo;
casi todos la tienen sucia y otros la dejan
para marcar una página remota, donde
el torturado trapo convive
con las migas de un irrecuperable
sandwich. (quién sabe cuánta
sombra ha recorrido).
No! definitivamente,
porque yo no dejo migas
ni tengo orejas migratorias
porque sólo me como las uñas
cuando espero en las estaciones ferroviarias;
porque no sé nadar como el
alegórico pez
ni soporto el olor satánico de los
libros añejos,
porque entre una flauta y una
pipa prefiero una guitarra
y mucho más soplar en la caña
innumerable de tu aliento
y porque no uso tiradores,
(olvidemos la boca que yo también
me muerdo cuando quiero
imaginarte)
porque mi única joroba es un
dolor de caminos
y no recuerdo cuánto leo, sino tus
cartas,
por todo eso y un montón de otras
razones, no soy uno
de esos solemnes o terribles señores.
Además, si lo fuera,
cómo hubiera hecho para darme
cuenta cuando pasabas y tenías
la boca encinta de palomas.
No! definitivamente no lo soy.
Y si lo fuera
me cortaría las manos y la boca
y trituraría mis dientes
y después me escondería
con esa sucia corbata confundido
entre las migas
por haberte amado
y profanado con derrota y otoño
tu cuerpo de claridad
hecha pan.
192.
Quisiera que fueras sucia alguna vez
con el olor bullicioso de los rinocerontes
que en ti habitaran
duendes diminutos
una constelación de piojos
labriegos y mineros de tu pelo
y de tu piel
ellos me podrían contar de su amor planetario
de los hormigueros luminosos
de las madrigueras amadas
donde mi lengua no puede envainarse
y pasa a veces como un glaciar quemante
como un mar al galope.
Ellos me podrían decir las diminutas rosas
las quebradas los terribles
cañones de tus huellas dactilares
los aljibes insondables de tus poros
ellos conocerían los remotos senderos
las vertientes los guijarros
las olas enterradas de tu pecho
tus pezones como cúpulas sagradas
sagrados como templos
todos los jardines
cada cementerio.
ellos acamparían bajo el trébol
fresco
el que crece en la desembocadura
de tu cuerpo continental
ellos ordenarían
tras nuestras enamoradas batallas
los húmedos minerales de la savia tibia
las herramientas exhaustas del amor.
Quisiera recorrerte
como una lagartija
esconderme bajo cada piedra
mirarnos a los dos
crepitando como mares anudados
y ser a veces mar
y a veces caracol.
193.
El mapa de la felicidad es cualquier
parte
tu mano ecuatorial es la partida
si tú caminas conmigo
puedo fundar rosas con mi pie
puedo enseñarle a adorar a las avispas
averiguar el secreto melodioso
de la cola musical de las ardillas
y si la dibujo con mi dedo y tú sonríes
toda la tierra me regala su sonrisa
contigo puedo ir a cualquier parte
hay un solo país que me intimida
es un sitio cualquiera en que me encuentre
y esté solo con tu lejanía.
194.
De tanto bajar por petrificadas venas
buzo mineral
de tanto recorrer el pasadizo
que conduce a mi memoria
tengo este olor a catacumba
esta mirada de bodega
donde maceran venenos.
195.
Mi convicción de tu presencia tiene
el seudónimo de: tus manos.
196.
todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego en que me dieras a leer una
carta de amor
197.
mis horizontes comprimidos
los renglones de una prisión
198.
Sobre la tarde
grito mi paloma de plata
199.
No es más elocuente el que dice
sino el que calla y dice que calla.
200.
Los reyes derrotados son más sumi-
sos que los esclavos de siempre.
201.
Hay alguien que no lo sabe aún. Que pasa
tranquilo por delante del espejo
Hay alguien que no sabe que está
muerto
que no sabe que no es ésa su mirada
(que no sabe que le sobra un sueño una
ignorancia)Hay alguien que puede abrir la puerta
con la misma mano cotidiana
Hay alguien que no sabe la sorpresa
que camina con olor a puñalada.Hay alguien que lleva entre la carne
una atroz herida hospitalaria
hay alguien que aún no ve la sangre
cayéndosele de las entrañas.Hay alguien que me mira como siempre
que no entiende mis manos a la espalda
que sospecha unas rosas o claveles
en lugar de la honda cuchilladaMe reconoce pero no me conoce
Sabe que me ha visto cuándo y dónde
Hay alguien que no sabe nadaYo traigo detenido su reloj en mi bolsillo
Yo traigo su mirada ya apagadaY un retrato en la mano del cuchillo.
(Es el tuyo, dime cómo he de matarla)
202.
No quiero acarrear estos puñales
suministrar alas heladas
ni amputar sueños.
Todos somos el derecho de todos
mientras yo festejo nuevas anclas y brújulas nuevas
tú vas por la casa recogiendo fotografías.
Yo te quería tal vez
tal vez te quiero todavía. tal vez tantas cosas todavía.
Tú estás lejos enhebrada por pasillos y trincheras
por ventanas que la mañana moja
con sábanas infinitas
y yo estibo en mi garganta este árbol de clavos
yo llevo tu muerte
en mis manos que lloran y tiemblan.
porque querían ser golondrinas.
Amiga, vieja compañera
mi amor no puede sucumbirte
pero se me escapa del alma.
Esta impotencia de redes
esta agua que se adelgaza entre los hilos
Cómo puedo morirte sin muerte?
cómo puedo vivirte sin morir?
Hay volcanes que tiran de mis ojos
como toros empecinados
hay timones que llueven sobre mi corazón
Yo te quería
Y hasta a veces me lamía sediento las heridas
y vigilaba anhelante las espuelas
de nuestras batallas.
Recuerdo nuestra cama (la última) como un barco
tal vez como una mesa sola en una casa sola
recuerdo tu espalda tus ojos distantes
tantas veces mi mirada naufragada
mis huidos cuadernos mi fulgor de ceniza
mi ronquera de rincones, recuerdo una por una
cada cosa.
La geografía de mi memoria se echa a dormir en las bahías de tu cuerpo. Y yo no quiero dolerte yo no quiero las palabras del olvido esas que amordazan los antiguos poemas las que arrasan el amor con el nombre nuevo del amor.
Yo no quiero pisoteando borrar con pies desaforados aquellos caminos esenciales aquella amada piedra el árbol sospechoso el primer jardín de las distancias
Durante tanto fracasado milagro durante tanto extravío he querido quererte (Tal vez lo conseguía) he querido juntar en un retablo amanecido los pedazos indescifrables de mi alma en ruinas.
y en ese inventario de turbias demoliciones de escombros de suicidios a los que llegué tarde, tantas veces no encontraba mis pies o mi nombre o equivocaba el orden de mis dientes y ponía esa incriminada golondrina en el lugar sonoro de mi corazón. Estas páginas son siempre las sábanas del amor, las de los pies fugaces de mi boca. Y en una ráfaga de agonizadas palomas veo aquel denodado poema la letra vegetal del amor que se hinchaba veo aquella estrella hecha de beso el muelle tanto pan y algo ventana de la espera en que nos dábamos la mano para tantear al hijo que venía (y vena) por tu cuerpo con su inmóvil galope de duraznos, su naranja de terremoto sus manos que se han hecho pequeños barquitos de papel.
Perdona que no ponga si lloro mientras escribo. El canto de la muerte es en silencio. Yo sé que a veces creías que por vertederos finales y cerrojos amainaban esas cartas y esos lejanos meses de lejanía y esas fotografías ocultas que te dolían silenciosas en algún cajón donde se guarecían monstruos y venenos y nombres prohibidos. Yo sé que a veces detrás de mis desnudos antifaces sentías gemir, crujir, jadear o suspirar los tallos que se iban despertando y que contabas con genital paciencia, como las de aquellas plantas que eran casi flores, las hojas nuevas que recuperaban mis pupilas. Yo sé de mis trincheras de mis uñas de mis agónicos recodos, sé de algunas palabras que se escapaban como humedad o promesa De esas intrincadas olas del asalto sin besos de la espuma a veces solitaria, De los arcos iris que no tenían suficiente cielo y de las otras playas extáticas a veces donde entre viejas resacas íbamos reconstruyendo con ansiosos dedos y clavos de saliva el barco de nuestro primer naufragio.
Todo lo sé. Sé que las flores serán las de un desierto.
Sé que te di una paloma herida que cuando trató de volar abrió su tajo en llamas y te mojó de sombras. Te dije que vinieras y te dije que no vinieras, te regalé las llaves pero clavé la puerta. Qué puedo hacer. Cuál es el primer día del fracaso? cuál es el límite de la derrota? hasta cuándo se golpea hasta cuándo se uñas y muñones en este derrumbado túnel sin salir o morir?
No volvimos a preguntarnos por los anzuelos primeros, por aquel zarpazo de nombres que entró o entré como una inundación en la casa de nosotros, derrumbando sillas y mordiendo retratos. O mejor no volví a respondernos.
Fui de nube o peor de humo anduve escabulléndome como un fusil, con la promesa debatiéndose y la traición furtiva.
Tu dolor me duele con páginas vacías con días que no supe que iban siendo despedidas, tu dolor me sube como un candado y me muere me escupe la voz con flores de raza equivocada. Tu dolor soy delito y sacerdote del otoño. Pero hay caminos que estallan las anclas, una marea de caminos una marea alta una noche de faros ululantes y tiniebla a gritos y yo zarpo como naciendo o muriendo y te arranco de cuajo la memoria. ¿Cómo pedirte perdón, con qué palabras, con qué caricias secarte la casa solitaria con qué besos enjuagarte los besos que no quedo con qué olvido no haber sido con qué recuerdo quedarme? En mí se trama una rosa de desiertos un nudo de ebriedades sin dios ni horizonte. Tantas veces parto tantas veces apenas llego y apenas parto después de tanto apenas vuelto. Tantas veces Lautaro me ata la sombra con sus atroces juguetes y me fusila con su voz de colibríes con su voz pequeña de candentes precipicios Tantas veces Tantas y estas fotos con que me suicido de a poco. Este minucioso veneno, qué puedo hacer, cómo quedarme este espantoso equipaje de cuevas metido siempre hasta los ojos en mis cuadernos de pozos o trincheras Yo quisiera llevarte la mañana, un racimo cotidiano de canciones y esas rosas que hablaban rojamente como un pan de velas encendidas pero te llevo la ronquera de mis manos mi voz que tropieza y un espejismo de días sin bandera. Quise fundar mi memoria deponer mis lejanías, redimir mis huellas rendir mis salados recovecos Decirte un día después de tantos días que ya había vuelto, darme cuenta de tu mesa congregada y apreté los dientes y cerré los puños y contuve el aliento de mi arreciante podredumbre, pero te clavé de desertadas canciones, te crucifiqué de desmentido herrumbre con altares disfrazados, con cadalsos que tenían voz de sirena. Tal vez dos muertes no sea bastante. mis pezuñas criminales devastarán cada cúpula sagrada cada almena depuesta cada arco de rosas que se te haya caído en la batalla. Y yo quedaré herido con tu espera con tus rosas de nuevo con tu traicionada primavera y yo quedo herido pero no me muero y mi herida es culpa y mi dolor tendrá sonrientes espejos cuando no quiera verme frente a frente con el cuchillo ensangrentado de luna y el poema ensangrentado de silencio, cara a cara con el crimen
Un día en nosotros fueron todos los ovarios de la tierra
telares de alba nos buscaban la lengua
carcajadas de lava levantaban nuestro aliento
desatados ríos acarreaban la primavera hasta mi cama sin cenizas.
En el pan nos encontrábamos y en la campana.
Y el aburrimiento no andaba socavando ni enmoheciendo. La rutina no lamía las cosas que sostenían el día. ¿Cómo decirte que ahora sí. Dame tu herida como una sonrisa para poner mi puñal como una rosa. Cómo puedo no terminar esta carta con aquella misma estrella. cómo besar la frente de lautaro yo cómplice de la noche polizón de la puerta, cómo martillar su mirada desnuda con mi espalda turbulenta de nuncas?
¿Cómo cambiar tu nombre por el de una hermana cómo darte de beber estos andenes cómo asestarte este puñetazo de lágrimas cómo decirte estas equivocadas brújulas. cómo pedirte que guardes los zapatos viejos de mi historia? No me voy de tus altares a otros templos. mi boca no trasborda nombres mis sueños no se visten de nuevos lenguajes. Me he quedado sin dios eso es todo. Ahora ya sé que no puedo construir a dios con sólo rezos a pesar de que nunca tuve palabras suficientes ni manos apretadas suficientes o que ahora nunca las habría tenido. Pusiste en el teléfono tu voz como una ofrenda como una mansa llamarada de campanas, yo les arranqué el domingo les amputé las alas te escupí la lengua con ronquera. Siempre el mismo labriego de flores venenosas, de cosas con las que no se puede hacer pan.
Ahora necesito quitarme la coraza ser mucho más víctima decirte que lloro, ser menos culpable estar un poco loco tener olor a sonámbulo pasearme por nevadas cornisas abrir la boca para que entre alguna herida a raudales. De par en par el silencio para tener alguna lápida que llame a los que vendrán a perdonarme. Y sin embargo no comprendo el perdón. No sé siquiera si edifico en esta página un espejo. si le escribo esta carta a mis insomnios a mi conciencia si quiero demorar la copa clandestina. La azotea que se derrama sobre las sirenas, los sueños desterrados.
No quisiera ser el turbio sacerdote, la ritual cicatriz la canción que se condensa y lava. No quisiera ser mi absolución. Quiero bayonetas ladrándome jardines ladrándome arrojándome puñados de sequía, conminatorios hermanos sin sillas para mi destierro. un inventario de soledad para mi culpa.
No soy un emigrante; prófugo de la tierra gangrena planetaria. Pero antes de irrumpirte esta carta antes de estallarte la boca, de hacharte los ojos y machacarte hasta la última ceniza quiero dejarte el mapa de mi cueva el itinerario de mi despavorido escondrijo, para que si un día amaina mi crimen en tu carne y puedes enterrar también las cruces de tu cementerio, vengas a mis costras sobrevivientes a encontrar al amigo que también fui nube que tampoco claridad que ni siquiera pañuelo.
He releído esta carta durante la que mi boca no tropezó ni acampó para secarse el sudor. Apenas alguna ventana del avión el tórax americano disminuido bajo la altura como una dentadura de piedra montañas desencadenadas, cráneo mandíbula geográfica.
No podía detenerme. borbotones de lámparas envenenadas se me desmoronaban por dentro y caían al renglón amigo. Al silencio ordenado e inventariado en blanco.
Hay en los hombres la misma fatigabilidad de la tierra. A veces se cambian las semillas a veces se amamanta el polvo con sus propios hijos como las gatas que se comen la placenta. Y a veces a pesar del sudor, de las tempranas fatigas de las lluvias y las nobles semillas, la primavera sopla en la flauta terrestre pero la canción de espigas no brota. Es entonces cuando el terreno está ronco. Los cardos andan recuperándome el alma.
Con esto no digo que ninguna flor es cierta o que no podríamos poner los mismos cardos en un jarrón, sobre la mesa. Digo que la arena me intenta que la piedra me interrumpe y la aridez logra mis vetas. No quiero los nombres cotidianos del amor para nombrar su muerte. sería demasiado doloroso.
Naro, yo tengo esta enfermedad de tinta y a veces la piel de mi alma se oculta debajo de mis costras se esconde debajo de las ampollas bajo el pus enmascarado de las pústulas. Vos lo sabes. has deletreado mi boca tantas veces. No puedo emprender este lanzazo sin disfrazarlo de paloma.
Voy de carta en carta de nombre en nombre de amigo en amigo de recuerdo en recuerdo palpando a tientas el óxido y el terciopelo
Hablo a los amigos con que hablábamos lloro sobre nuestro cubrecama en mi memoria. Les sonrío a las macetas del balcón a través de la distante ventana. Estoy solo en esta culpa como un cáncer de carbón en una napa de oro. Y no sé mentir ni decir la verdad. No puedo quedarme ni partir. Lloro o sonrío le hablo al espejo, al aire, me miro la memoria al espejo me miro el crimen y el silencio al espejo Me miro la vida y el futuro al espejo, sonrío o lloro es la única imagen que recojo.
Si pudiera haberte regalado muchas más flores flamantes puñados de canciones una camisa de besos para tus hombros donde hacía pie la tarde... Recuerdo cuando a veces volvíamos de la rabia con espuma de cuchillos en la boca salpicando gritos derretidos aún y de repente la espuma era de súbita flor los gritos eran súbitamente tules que volaban y deponíamos esa especie de odio indesterrable escondiéndolo bajo la alfombra, detrás de algún párpado o entre las muelas junto al musgo del tiempo. Recuerdo cuántas veces estuve por escribir de nuevo la palabra amor y mi garganta se agachaba o se quebraba en el aire como un barrilete roto y te decía apenas una mirada esquiva, un recodo en la boca. Nunca habré sabido dónde empezaba esta carta. Tal vez en algún descuidado ademán en un borbotón de murciélagos cuando vigilábamos mariposas o atajábamos guitarras con el pecho. No lo sé, no lo sabré. la vida es un laberinto sin retroceso. La piel de la tierra era toda caminos. Tuvimos pies para éste. El destino era cualquiera y emprendimos esta memoria con lentitud de empecinados dientes. Y aquí estamos ahora
No podés mirarme a los ojos. Te llamo para que lo hagas para que precipites tu última herramienta tu último anzuelo ávido. La vida no nos permite una vuelta de pista preliminar un recorrido estudioso.
¿Cuántos errores nos quedan-amos por nacer o morir? Yo no lo sé.
Ayudémonos a alguna paz cualquiera.
Yo siento que llegamos a la cima de nuestras manos a la cúspide de nuestros almanaques aquí nuestro camino cae bifurcado. Nos queda un único cauce común la única vaina donde esconder esta ceniza, lautaro. Él es el guante que guarda nuestras manos juntas. Qué más puedo decirte? Es cuestión de decidir. Decidir quedarnos o decidir partir. Decidir durar o decidir decidir. Y yo tengo miedo de saber que ya he tomado mi rumbo que ya he echado a andar el viento que mis velas se hinchan y tiran y que el tiempo ya me da la nuca.
Quiero un último tramo de espejismos para arrancarme si es preciso las manos buscando el agua en nuestra arena. Por eso quiero que vengas para que la tal vez última vez no haya pasado inadvertida.
Caminar por un muelle como un ciego sin saberlo, es un poco lo que no habría pasado
no es justo resbalar. Debemos arrojarnos o permanecer de pie. No elijamos la cobardía del tropiezo. Ya tanto ha sido casualidad. Yo no quiero darle llaves al destino. Soy yo el jinete de mi vida. timonel y fogonero. Subámonos a la locomotora aunque sea sangrando rieles pero mereciendo el rastro que dejamos aunque sea de escombros y gangrena.
_________________
¿cuándo empieza la certeza?
*
un interminable camino de certeza*
Estas cosas se hacen siempre mal, porque son malas.
203.
pero yo sí diré que soy un tigre
hermoso y fiero como un tigrelacio, como un tigre líquido como
una gaviota,
y nos lameré con sombras luminosas
en la piel de las palabras donde
flotarán los hombres.
Y seguiremos diciéndolo todo,
y entre todos los cadáveres que
arrastre la resaca de nuestros
gritos en el flujo que obedecimos
al mundo que se nos sube a
la cabeza como una luna
las algas de mis palabras subsis-
tirán como el agua
para que todos sepan que yo mismo
anduve cantando mi hermosura
de tigre
de la ferocidad de los niños
y del hambre
afeminado y elegante como
una espada y brutal como
un grito descerrajado a un
moribundotodo lo digo
porque estoy enamorado como un hombre.
204.
Creo en ti.
cuando la luna azuza el mar que
se desnuca
cuando nocturno el corazón de roca
lleva la cuenta de la ola y de la espuma.
Creo en ti,
porque aquietado el mundo
cuando las calles son andenes de sangre
detenida
me sube tu imagen como un eco profundo
de una plegaria nueva día a día
Y aferrado de tu rostro
(qué mano remota tiende el sueño)
resisto como un náufrago
el silencio empecinado en mil gargantas.
Creo en ti porque a la hora del pavor
la sien que se desboca
tasca apaciguada tu perduración sin horas
como el rumor que se afana en el rincón
de un caracol
Creo, sí
creo en ti
y mucho más porque las cosas que me
son el día
tienen tu nombre sin palabra para
recordarte.
En las tardes altas
alto labriego de sangre
el ocaso te intenta
para guardarte
Hoy se pierde mi poesía rota en tu ciudad
callada.
Apenas recuperan las cosas las palabras
pero ¡Qué poco puede tu mano,
decir: tu mano!
Creo en tus manos de pan
en tus dedos sin rumbos
como las cañas dormidos
como los lentos juncos
Porque hoy la mano sola,
la mano hueca
tal vez la espalda de un camino partido,
tal vez una orilla de alguna lejanía
te tiende una espera de agonía
sobre el rastro donde nunca has sido
aunque
205.
Quisiera que fuéramos los dos
tomados de las manos
tomados de la saliva
atados del aliento
enredados por la mirada
sin haber sabido contar nunca
sólo guardando el número 1000
para decir estrellas
para numerar palomas
para saber que ése es el número
uno de los besos
la mínima dosis de amor entre los dos.
206.
He apagado todas las lejanías
he decidido que estás aquí conmigo
detrás de alguna puerta,
lavándote la cara
amasando un trago de ventanas en un
papel, o bebiendo un chorro de mariposas
en alguno de tus libros amarillos.
He decidido que la soledad no nos cabe
Somos demasiado para los enjutos territorios
de la nada.
Y si alguien no lo cree puede leer
en los legajos de la primavera sobre nuestro
encuentro desde los parietales de la tierra
de nuestra insobornable brújula de equinoccios
Sí! Estás comprando el pan para nuestro desayuno
Un par de velas para agrandar la oscuridad
ese esmalte multicolor para pintarnos camelias
en los brazos y hacer el amor como las enredaderas.
No encuentro la nota que me escribiste
mientras dormía
Te habrás olvidado de dejarla.
No importa, sé que la has escrito y que
decías que volvías en seguida, que no
querías despertarme.
Ahora me voy a meter al baño
voy a demorar un poco para darte
tiempo de volver e irte otra vez.
Me gusta tu forma de estar
tu presencia vacía, llena de sospechas
tu ausencia habitada,
tus constantes salidas.
Ah! espero que no olvides traerme
el bloc de cartas y los sobres.
No puedo estar sin escribirte cada día.
207.
No te quiero más le he dicho
y una andanada de dedos aullantes
me han empujado contra la pared
oscura de los mínimos delitos
Pero si hubiera decidido hacer
de mi vida otro instrumento de culto
pavoroso, ir a la guerra tal vez,
hacerme sacerdote empasillado en
conventos insondables, dedicarme a la
sonrisa, sacarle fotografías a la muerte
profesionalizarme en un espejismo
cualquiera, entonces tal vez
escogerían mi nombre entre palabras lustrosas
y desde el héroe al santo desde el mártir
al mentiroso acomodarían mi pedestal de nácar.
Pero el amor es mi bandera mi altar
mi alquimia mi pincel. Por eso soy un
delincuente.
208.
Al entrar, me acometió ese sonoro
hueco de silencio que retumba
en las iglesias. Un fragor de catacumba
se levantaba remoto como un último coro.
Las velas estallaban múltiples en el oro;
reconocí el miedo infantil que me zumba
a veces como el presagio que me sube de la tumba,
de las viejas armas o de los tesoros.
Entonces me debatía como los suicidas.
Los espejos del eco me repetían en las naves;
tuve en mis manos el número exacto de mi vida.
Me acerqué a un santo —cualquier santo—,
y pensé: "Señor, he venido a que me laves".
Se me alargó el suicidio por la sangre, y
me llené de espanto.
209.
PASTOR DE PALABRAS NO TENGOTía, las palabras
dicen lo que el silencio
de ellas guarda, como
la tierra en invierno
teje el secreto de
las semillas nuevas.
Yo le dejo la isla de
mi corazón callado
donde sin lenguaje
madura un canto
de amor infinito
Para usted que fue como
mi madre
210.
Entre acordes esparcidos por
el aire, vuelan, giran locamente
algunas palomas suburbanas
Me parece tan justo que estén
navegando en el cielo de esta
mañana que no imagino
dónde viven por la noche.
De la iglesia abierta emanan
ráfagas de música
el aceite melodioso del órgano.
los árboles enjuagan en la música
sus crispadas cabelleras.
yo camino plaza abajo.
Quién sabe si alguien se pregunta
qué hago pasando por aquí,
quién soy, de qué huyo,
en qué colchón de quién sabe
qué historia voy a revolcarme.
No, hay demasiadas alas en
el mediodía. Yo y cada cual
somos parte de la casualidad
O de un aglomerado manojo
de indescifrables voluntades.
¿Quién indaga un profetizado
orden de las palomas,
el justo cántico que se derrama
los dedos del organista
el culpable arrodillado
el pisoteado cigarrillo del asesino
nocturno?
No nadie se pregunta por mí.
A quién le importa saber adónde voy.
Y, después de todo,
¿adónde voy?
Tal vez ni siquiera estoy pasando por aquí
Ni siquiera aquí. Ni.
211.
yo te quería azul y dorada como las
mañanas enormes
con tus manos transparentes como los místicos
silencios en el temployo te quería cotidiana y tibia
llena de las
mariposas silvestres que giraban en tus
ojosyo te quería así
como eras fácilmente
sin la severa gesticulación de los que ya no
son niñosyo te quería indestructible y frágil
como una espada de cristal en la
fuente de un jardín al albaeras amarilla y azul como yo te quería
tu voz polvorienta parecía agua fibrosa y
seca
y estabas llena de caminos sin
senda porque nunca fuiste caminadayo te quería honda como los túneles pero pura
como las catedrales
de cristal
como la dimensión en que
los peces entre la mañana y la arena
son abejas sobre los caracolespero tenías un hueco a la espalda
como el acceso indescifrable del silencio a la muerte
y en ti la mañana
redonda al otro lado
de los túneles
rompía el eterno infinito
descifrado y no encontradodesde ti me llegaba la piedad de la leña
y las llamas eran tiernas pero las sombras
veladas
y el fuego era un jardín
como tus manos
y la sombra del fuego procesiones de fantasmasyo no sé si te amaba pero te era fácilmente
podía rezar con tus dogmas porque creía
en ti como creo en la mañanay ahora tengo miedo de la noche infinita
y quiero retroceder el túnel que no
avisa el sol del otro ladoahora sí te amo porque ya no eres mía
y ahora tengo el miedo que no tuve
mientras eras dorada porque podías
ahora ser recuerdo hace mucho
212.
La página existe como un abismo imperativo
y sube en mi busca pues mi caída la eleva
y soy un alud por ella y quiero caer.
y sé que dejaré la huella de la huella de tu imagen en mí
y tengo para hacerlo un mar esférico
mi rumbo insabido puede ser cualquiera
mas sé que uno acaba o existe entre la costa y yo
y a veces supongo que son más de uno
213.
Tus ojos como dos redondas flores de silencio
214.
Te levantas como un seno sobre el mundo
Y mi infancia parasita en ti,
como en una pierna
Y yo, leproso de lágrimas
tengo otoño en la tristeza
Y tú llegas, no como un pañuelo,
como una primavera.
215.
Yo acaté mi recodo, me crecí el silencio
Haché todas las cruces de mi cementerio
(ahora no sé dónde rezar)
callé a cada campana
a cada grito maniatado que me fui tu olvido
216.
NIEVAN CENIZAS DE MÚSICA SOBRE EL ALMASi hay algo que decir de mí que sea esto
Y además que te busqué por las palabras
tanteando como a Dios entre los símbolos vacíos
como esperando algo entre mis restos
hasta que la palabra o la imagen que se abra
en el vano espejismo de haber lo que no es mío:Ahora que nosotros
Ahora que nosotros nos estamos
Ahora que nosotros nos estamos emprendiendo
como el verano por las manos de los árboles
Ahora que nosotros por las manos
nos nosotros hasta el íntimo relámpago.
ahora amiga, estrella, que nos vamos
que nos vamos mucho más
que nos vamos mucho más, de
quedar como quedamos de testigos
Ahora amiga que lo digo
que lo digo por quedar
Ahora que quedamos mucho más
como queda mejor lo
que ha partido
Ahora amor abeja
ahora que Asumimos.ahora que asumimos el polen de estrellas en
la sangre
Ahora,
Ahora que tú,
Ahora que tú, colmena y casa
Ahora que tu colmena destapa los rostros
de mis astros
Ahora que retomo algún primer camino
Ahora y siempre que me existas en el hijo
que se diga de mí lo que yo digo
que se diga amor colmena labrador y amigo
Ahora que tú que tus cerrojos
Ahora que la tierra
Porque siempre es el tiempo que nos venimos
desde ahora que nosotros.(Ahora que en un rostro doble somos
dos lo mismo.
Mucho más atrás de nosotros.
217.
tú que tienes los defectos más hermosos
del mundo:
mi tristeza más dulce
mi soledad más buena
218.
Al horizonte se le hielan los bostezos
Y mi alma también está nublada y llovida
Por fuera,
dura y fría y valiente como un techo
Y por dentro el cofre de un hogar
donde tu rostro se deforma y se corrige entre las olas
Y cabe con el cadáver de las horas y las cosas,
Con la eterna estación que hay en las tumbas
Burlándose de tu fugacidad de túnel
llorando la brevedad de mi cementerio.
219.
He estado sobre tus cementerios y un poco recé sobre tus tumbas
sin saber qué pasillo de historia huía desfondado hacia la
sombra
Yo ni siquiera apago tus cenizas
tampoco calenté las manos de mi invierno
sobre el gato seco de tus fogatas.
Pero los ojos perdieron el lenguaje
y suplanté las cosas con mis propios rostros.
Abajo de un poco tu ceguera cada día
recogí mi anónimo redondo averiguado
Ahora
porque el sabor de tus mares de música
que yo no he sabido descifrar
pone más acá mi lenguaje de otras razas
Sobre tu lápida inventada en tu memoria
dejo mi canto sucio
tejido como un pájaro extraído de la tierra
con palabras extrañas, que no entiendas.
220.
Esgrimo tu imagen como una antorcha
con que flotar en un mar de tinieblas
hasta que llegue el alba y pueda
soplar sobre las velas.
221.
Abrirte
sobre tu silencio boquiabierto
como los caracoles
sonora de sombras y savia cerrada
en el ventrículo caliente
clavaré mi invasión
como un grito infinito
para poblarte el acecho de tus
ciegos
después. todo después
todo tendrá una palabra
porque somos pobres de silencio
222.
Subiré por la sien de tus
días como un cóndor ciego
hasta despeñarme el deshielo
de tus ídolos
Recojo de mi
estirpe de pasajero
en cada rostro de la historia
223.
ermitaño de silencio
mi estrella es un cerrojo al
infinito
garganta sin oficio
pregunta piedra afuera
de la piedra
224.
las hojas del pájaro reman.
Tu boca es un pájaro
A veces viene viento y sus páginas vibran
Tu boca es un pájaro
tu boca es alas
como una campana herida que tirita y nada
tratando de arrancarse el silencio
tratando de rescatar su voz
que se adhiere como un pájaro volado
tu boca es un pájaro; tengo dos plumas,
que tiritan en mis labiostu boca es alas, con el gesto rígido del suelo
tu boca está crucificada en el silencio
las alas del pájaro están en un cepo.
225.
el testigo de los ciegos
no tantea entre olas de silencio
y comprende el lenguaje
de los vacíos sin tiempos
a la sombra de las cosas.
226.
tus ojos son peceras
donde las alimañas son
dulces como el veneno de
las frutas cuando la muerte
qué más da.
227.
De campanas de miel
y tallos de música en el
pelo
de un campanario de
hambre y pozo
en la madera de tu tierra
te busco.
228.
Sabes que llegaré a ti como la lluvia
porque te hablé con nubes de amor en mis palabras.
Creo que el pasto dice que serás él.
Llegará el otoño de agua.
229.
Ya lo ves,
hasta aquí has llegado
—me estabas escuchando desde siempre
tal vez no nací para llegar a escribir
esto, tal vez no tenga importancia
que al empezar tú a leerlo ya estuviera
todo escrito.
Pero te regalé una noche, te hablé
al oído
porque me escuchas mucho más
cuando estoy solo.
hasta aquí has recorrido mi garganta como el camino de las hormigas.
Tal vez quieras saber dónde está
la veta del hormiguero
para echarle el veneno como el padre
Azcárate.
Pues bien el hormiguero está en mi
alma. (aprendo a creer en las palabras
que me invento)
[por eso creo en Dios ahora que
lo he inventado]
pero no morirá, ni mis hormigas
porque debería morir yo
pero yo no puedo morir
porque has creído en mí
y tú eres inmortal
porque yo creo en ti
yo que te inventé
cuando descubrí el
amor
y luego te vi caminando por el tiempo
y te quise llamar y no sabía tu
nombre
y me reí por esta costumbre larga
de mi alma
y por ese hábito de ti
sin haber tenido historia.
Ahora quieres saber
qué deberás hacer con el veneno que
te sobra. No te sobra
Debes rodear el mundo de veneno
para que ya no nos alcancen
las hormigas de nadie
Ni todos los jardines. gente absurda
cuando se siente el nosotros.
Y entonces no será prohibido
que nos comamos la sonrisa de las
flores,
que nos comamos todas las flores de
la tierra
y que reventemos de gordos
y después que lo hayamos
comido todo
nos muramos de hambrepero juntos
230.
Desde tus veredas,
mis manos contemplan
tus olas y tus arboledas
Y sobre ti resbalan
remedando tus playas.
Tienes el sonido mismo de los ecos
de las caricias con que ya te acaricié.
Voy comprobando tu realidad
y presiento tus confines;
y sé cómo continúas desde donde en ti yo estoy
Y como un ciego leo
la ene de tus pechos
y leo como un ciego
la u de tus misterios
donde tus páginas convergen.
Y tus costillas rimadas
Y tu pelo ordeñado
y nuestras manos disueltas.
231.
Allí donde mis pasos estrellan un
cielo vacío, en ese techo
perforado de intemperie de
taconesQuererte es fácil como amar
porque si amo eres querida
porque si vivo amo
y porque amarte es la vida de mi vida.Cuando partes de mi lado, llegas
porque vuelves en la idea y ella en ti
vuelves desde el sueño no soñado o voy
al sueño
se despierta
el despertar en que despierto
fuiTengo el alma perforada que se me
vacía
232.
Yo lamía los ojos del silencio
como un ciego manosea las estrellas
todo lo acariciaba
y el perro azul de tu cabeza
y pasaba los ojos por la lengua del silencio
para lavarme la vida con estrellas
Y el perro azul de mi silencio
se comía el perro azul de tu cabeza
Todo lo entendía
como un ciego
pero luego vinieron las cosas sin certeza
entonces el silencio que cerró los ojos
y el ciego abierto por afuera
con todo el vientre de cerrojos
midiéndome la vida en tu cabeza.
Mal perro azul de mi silencio
le crecieron estrellas
Y entonces la poesía y el perro azul
de tu silencio
pasándome la lengua por la lengua.
233.
Somos hermosos como los rinocerontes
como las hormigas y como las águilas
porque tenemos ojos para nosotros;
y lo seríamos como los hombres
si en vez de pensar el amor nos
lamiéramos con las manos.
234.
Sabemos que no somos
ninguna de las palabras
que nos decimos
vivimos más atrás de nuestros acuerdos
mirándonos desde las heridas
qué certeza tiene un ciego
de que el otro también lo está?
Y un día
después de tantos acechos
después de habernos
después de habernos parapetado detrás de
las palabras
abarcamos la certeza
como a los sueños
y nos sentamos juntos
juntos al silencio
convocados a todas las cosas
y tal vez tengamos las palabras para decir
que la fe que nos viene
después de habernos desconfiado
nos vive mucho más.
235.
Si piensas que a veces
que lo que te escribo
no lo he escrito para ti
No pienses eso
este cuaderno
terminará diciendo
que me perdones por no
habértelo dedicado.
236.
canción de doce teclas
pero rosario infinito
reloj en que viajan mis
besos de agujas
237.
si hay una soledad para que yo esté solo
necesita el espacio que ocupas para estar
238.
Un día, de tu carne gritada amaneceremos.
Yo te lameré el dolor para sentirme menos inútil.
239.
Mis dedos silabean cada momento
de la hora de tu cuerpo
240.
Vivir somos esto.
desollados como la harina
241.
Sentí que el perdón era un regalo gratuito y libre
242.
La baba de tu mirada se adhiere
a mis gotas como el musgo.
y siento que entre las paredes del
viento están tendidas las telarañas
del viento y yo me freno en ellas
y en mi espalda se precipita
la hora del escalofrío
en el agua de la boca
ronronean aún las olas
que imprimió tu beso
en las manos socavadas
se acurruca la cúpula del
vacío y en su concavidad
chapotean las alas de tus
manos que se desmoronan.
Aún me abrazas
El frío endurece los muros
de su vientre con un hueco
como yo
En alguna parte de mí
aún tu piel me moja
de mi piel.
Una llamarada de viento
me inunda al respirar
Se destiñe el humo de tu
imagen con el viento
a veces cae una piedra
de silencio en mi mente
de agua y una tajada
de cebolla de ondas me
aturde
y se enredan en mi
voz las pelusas de mi
ronquera.
Y tus manos restauran
la imagen de tus manos
243.
Como un desaforado labriego
enterré mis palas en los surcos
de este cuaderno.
He ido despejando el cardo
peinando la tierra
la encía fecunda
la cabellera vacía
soplando en la fragua del delirio
hasta hacer saltar la espiga.
Éste es mi pan
mi harina enamorada
mi sudor de anhelos que te buscan
mujer ecuatorial
templo definitivo
altar de la fertilidad
A veces el silencio
a veces ciertas fotos viejas
arqueológicos naufragios
como sarmientos
mordían el arado infatigable
de mi lengua.
Esta siembra insucumbible
no teme la agresión de la pezuña
pueden invadirla los dientes del olvido
puede intentarla el fuego y el rumbo
lóbrego del pus
no hay silencio para el verso escrito
si ha pasado por tus ojos
por la siega de tu mente
por la molienda vigilante de tu alma.
Yo no quiero tener nombre de poeta
prefiero llamarme jardinero
pastor de rosas
timonel de savia
No hay en estas húmedas colinas
de papel, una sola piedra de aridez,
El sumergido mineral es todo de campanas.
No hay un solo fusil bajo la tierra
porque éste es mi prado de amor
mi arsenal de palomas
para tus ojos y tu sonrisa.
Ahora bien, mi pequeño horizonte
Amiga de mis horas lejanas
Es posible que los cuervos
del tiempo, los gusanos
tenebrosos que a veces
tenemos en el subsuelo de nuestra
memoria, pasen
a dimitirnos, a esparcirnos, a disipar
la semilla a barrernos con uñas
de huracán enfurecido.
Es posible que se desaten de
lejanas cumbres, desde destejida
nieve de recuerdos, algunos rostros
que traemos puestos, y que el agua
turbia del hastío alague nuestros
campos de besos y de veneración
trasnochada. Por ésas y por todas
las otras muertes posibles que
podrían sumergirnos yo quiero
dejar un dolmen eterno
para todas las expediciones
para todos los testimonios
para obligar los astros perezosos;
y ese monumento indemolible
lleva nuestros nombres y el del amor
en este cuaderno que es una
nave para todos los diluvios.
Así, tal vez para siempre
el talón de la atmósfera
será una lámpara custodia
para que no se nos echen encima
las escobas de la nada y nos sumerjan.
244.
Ser poeta es muy fácil
hace falta una distancia
una imagen que a veces
confundimos con la almohada
Hacen falta muchos besos
en la boca solitaria
y el silencio desnudo
acostado en nuestra cama
Es aún mucho más fácil
si se posa en la ventana
una paloma perdida
o una trémula guitarra
Se necesita una hoja
que se parezca a una sábana
y después cerrar los ojos
y arrojarlos en el alma
Y empezar a dibujar
con silencios o palabras
los caminos de los dedos
por el cuerpo que nos falta
Hay que estar enamorado
por eso hay pocos poetas
la poesía no se atrapa
con ávida red de letras
Hace falta algo de rezo
vivir con el sueño alerta
llorar al ver una rosa
y andar desnudo en la guerra
Si esto no da resultado
se compra un libro cualquiera
la poesía está en los ojos
del que pasa a recogerla
245.
Enjuago mis caricias en chorros de tu pelo
y vuelco mis ojos en los tuyos visitados
y digiero tu mirada que navega en mí
tu mirada navegada por mis ojos navegados.Mis manos son una memoria donde habita el eco
de la historia de tu cuerpo que
vivirá de nuevo
Mis manos; ¡Gracias a mis manos por mías y por tuyas!Qué triste su ceguera o el silencio de
tu piel en mis dedos
yo remedé el labio del aire que te besa
fui vendando tu contorno
copiando tus costas como un río.
y averigüé tu espuma de miga,
dragando en tu piel, como en un pan
246.
La historia te traspone por la vez
ojo viajado
el silencio se desboca a tu costado
como un mar de música vacía.
Después
la senda te regala el todavía
pero te aturden tus cauces por adentro
y la gente que es feroz ojos atrás
(como si Dios fuese verdad sólo en los templos
y la verdad no fuera de verdad.)
Te agregas a las cosas
todo tiene el sabor que tú le existes
y te rompes los dedos masticando sombras
y las sombras te embisten
por tus calles rojas.Yo no puedo andarte la locura
no puedo ser el testigo, nadie tiene testimonio
pero puedo decir aquí los otros
una manera de tantear el nunca
y morir de siempre por los ojos.
247.
Escucha esta oración de siete versos
semana de amor desde un domingo solo
en que rogaba:
Dios mío si llega sabré que es ella y podré
decirle tú
tiene la cara que tendrá, la que en este día,
mañana no ignoraré
Señor dame una llave para romper
el candado de mi silencio, de mi noche
de mi tristeza circular que me anilla
como el vacío que ocupo.
Lunes de ilusión, de buscar mi sueño
en mis preguntas
de evitar mi piel por temor de despertar
martes de amor supremo de palabras
de piel de temor inmenso de convicción
tan fuerte como el amor sentido
miércoles de pendiente, de alud
de involuntad de piedra
de escombros en los diques
de riendas mutiladas
de amor crecido de alma hinchada
y ajustada contra el abrazo de
donde cabe.
Jueves de embarazo de amor de corazón
inflado, de ruego, de amarte
más que ayer de muros superados
de martes insignificante
de miedo de mañana.
Viernes de hondura de lágrimas
de miedo de tu primera palabra
de ahogo en la garganta de
mil palabras rengas de voluntad
ficticia sábado débil de los dos
gastados de los dos inmensos de Domingo
con cruces de Iglesias con los dos.
248.
a veces arrastro mi sombra como una es-
tela inevitable. Pero ella no me pesa.
a veces la sigo. y la empujo
como las sombras simultáneas de la
luz.
ni se demora ni me arrastra
es la más constante conmigo.
es como comprobar mi cuerpo
porque yo la emito.
aunque nunca la sentí
aunque nunca me dolió.
Ella determina el rumbo de los pasos
porque los huye simultánea de sus
voces.
nadie podría
tropezar con
ella
ni tomarla
como a una
bandera ni
como a un harapo
es blanda como el
frío que denuncia todos los
contornos
porque es siempre como una mera forma
apoyada sobre las cosas
o una presencia tácita u olvidada
a veces me fijo en ella y me sorprenden
los contornos de su charco
las riberas
Un siempre perro mi siempre
esclava.
acorralada como el agua entre las
costas
que
segregan
los faroles
Un siempre perro mi siempre
esclava.
y cuando no hay leña para anclar el fuego
mi siempre ángel
cuando la noche aturde
y ella puede ser cualquier eco
de mi cuerpo
y está condenada al según
de la primera espada de la noche.
Ahora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
Mañana quizá para que no sangre
me detendré.
Hora que es totalmente tácita
es sólo la posibilidad de comprobarla
porque sé que un día acabará mi
sombra y yo no podré saberlo.
mañana me detendré para que quizás no sangre
quizá sola en ese silencio donde no puedo
recoger sus gotas.
Quién pudiera con un árbol de luz
empuñar el pájaro de la sombra
y acariciarla por tanta compañía.
249.
El silencio se solidifica con la cercanía de mi perfecto
espacio.
Lo tengo como un gesto en mi frío,
como un sabor en mi sangre
como un perfume en los intersticios de mi alma
como un naufragio nuevo que ocupó mis bodegas.
Ya me he acostumbrado a él como a una piel
Nadie viene a tocarme, ¿o es que mi piel ha
enceguecido?
Pongo mi oído en los muros de mí que no
sé dónde están y comprendo mi muerte
insuficiente. mi sola existencia de conciencia
mi noche achatada contra mis ojos
que dan para las cosas lo mismo que
mi alma
me falta un espacio
y me invade el miedo de que me sorprenda
una mano no perdida
o un ojo Recuperado. Puedo viajar vertigino-
Mi reencarnación. samente y el tiempo
me esquiva como
a una reliquia de la eternidad.
Hace un rato. ¡pero cómo! Ahora comprendo
Cuando se consuma mi conciencia
que se gasta en senderos sin horas
y quede una brasa inmediata de cenizas
entonces pensaré, sólo mi presente
aunque sea de recuerdos.
y habré perdido mi conciencia
porque me faltará una para pensar
que pienso.
la perspectiva de un túnel se disuelve
en mi mente
Mi presente se deshilacha hasta como
una cebolla que se desencierra hasta que
no queda.....
250.
Como la tácita sangre de la
hostia
como el lenguaje mudo de los ojos
como un mundo que embaraza las
palabras,
porque las olas rompen en mi corazón amordazado
y mi alma es un mango que la tristeza
empuña
porque te aprietas como un párpado
y el mundo agoniza de silencio
porque me empalaga el vacío
que se me infla dentro
cuando pienso en que pudieras no llamarme con tu tú
cuando pienso
con miedo en no haber sido yo
estás en mi alma de pupila como
tu observado
y yo sé que alguien te mira como
yo te miro
(pero sé que aunque te mire yo te miro
más)
Porque tú eres tú y puedo decirte tú
Porque lo ocupas como él habita mi
llamarte
Tengo fe en ti luego de dioses vanos
y elevo mi oración de tu nombre a ti
que eres tú
251.
Para mí eres pequeña como dos instantes
como dos palabras tan sólo que hemos dicho
pero tienes el tamaño de mi vida
porque hoy siento que por esos dos momentos
he vivido.Eres pequeña como un solo parpadeo
mas el eco de tus ojos dejaste en mi recuerdo
Y eres ínfima como una semilla
mas tienes en mí la extensión de un bosque inmensoEres pequeña en mí y grande también,
pequeña porque cabes en sólo dos encuentros
pero extensa como una llama débil
caída en un prado paja y yuyos seco.Por eso eres pequeña como el sol visto de lejos
y enorme como claro en el desierto sin reparo
simple y chica como una estaca chica
y grande cual su sombra con la luz sobre
un costado.Eres tan grande que aunque ni has empezado
me parece que yo he sido para llegar a hoy
y siempre te recuerdo cuando miro una fogata
que sopla su luz hasta donde no alcanzo a
ver yo.Así eres tú como todo eso que digo
como una gota en la boca de mi sediento
o como una vasija de donde desbordaría
mi amor que si comparo con el marparece el mar y éste una gota y sólo eso.
252.
Oración por mí:
padre nuestro
que estás en los cielos
que estás a mi lado,
porque estoy con ella
que no recé un día.
señor, ¡no se fuera!
Que no grité un día:
no seas todo en la
altura,
Vuelve a existir en la
tierra
Hijo tuyo que estoy en la
tierra
que rezo que lloro,
que estás en los cielos
que ruego tu infinitud
eterna
253.
oración por nosotros:
padre nuestro
que trajiste el cielo
a un instante de los dos
que hiciste el puño entreabierto
de un pesebre
con sus tablas y sus clavos
que tomaste el amor
de un martillo
para injertar
nuestra algún día
carne dividida
con el abrazo perpetuo
y duro de los muros
elevados
no dejes caer nuestra
unidad de cuna
en el suelo de los solos
clavos y tablas
de las manos vacías, o peor
no queridas llenas.
254.
Tus manos llegan con espuma para mis costas
como las palomas de las olas asustadas del mar
como las manos que huyen de los hombros en un ruego.
¡Quédate con mis manos!
y la nieve se desmorona desde mis muros llena de ojos viejos
para que inaugures mis paredes viejas como las playas
pero nuevas tras cada ola.
Así nunca recuerdo tus manos.
Ellas llegan por primera vez cada vez.
Tus manos llegan como la dentadura fundida de los pianos
a avisarme mis contornos.
como la música me comprueba mis oídos.
255.
Tu frente como un altar de música
risco de vientre, proa o techo de fruta
y mientras un bostezo de música caliente
nieva a mi alma como un último velo
a esa hora sin culpas y sin manos
llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros
a esa hora en que acuden como arroyos
revertidos
las horas que oraron;
tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,
de cerradura y de campana
con los ecos lejanos del rojo campanario
con las alas alertas de campana entre las
páginas
con las viejas olas guardadas
que rompieron de violines tras los arietes
encallados
tu vientre de bodega y sótano
de caracol y pájaro
de incienso profundo entre la hiedra
heraldo y soldado de la gruta
tu vientre de la música coagulada
del agua enmaderada
del agua derretida
de la música derretida a la hora
de empezar a esperar
y de llenarse los ojos de perfume
como antiguos altares de templos recónditos
adormecidos de rito y pulso de pájaro.
tu vientre y tus manos
tus manos de puñado de piano
de candelabro de lana o miga
con rumbo de guitarra
y ya ahora toda tú
viejo crucifijo de fe
ya no volveré a rezar en ti
barco de tantas tormentas de ciego
simplemente
tristemente como a una siempre casa
con ese diario olor a cosa mía
tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro
persigno tu recuerdo
tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse
yo no te olvidaré porque has sido
quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas
y tantas horas y yo mismo dejado,
abandonado de ser
para orar por las tardes de recuerdo infinito
hasta ser el que te ha olvidado.
256.
La música se destiñe
en mi corazón como una
bocanada de niebla
indescifrable
mi corazón llorami corazón llora y tus
imágenes desafinadas
como una calle tras una
ventana de inviernoy tú subes como un incienso
de vino
257.
Necesito un papel muy viejo
para escribir una frase vieja:
te quiero
La tinta es marrón,
como la sangre seca.
necesito un idioma entero
para empezar a hablar desde el principio
necesito muchos años de tu tiempo
para tenerte lo que necesito.
Para inaugurar tu primer
instante
necesitas un segundo
quedarías como un árbol contemplando
mis olas de aguas
muertas
Pero podrías ser un árbol asido de mis
gotas
y yo contar mi verdad de savia
por tus laberintos
258.
Si un día la costumbre
liturgiara en nuestras almas
o mejor en la diaria creencia
de querernos
259.
Cuando el alma se evapore
como un himno de chimeneas.
260.
Tu mano como una baranda
para caminar por los muelles de
la noche
como un silencio y palabras derogadas
como un idioma de pájaros
y un silencio de ramas
como banderas de pentagramas
o dentaduras de pianos
me recuerdan los faros de las costas.
se parecen al humo de rumbo
involuntario
veletas de mi silencio
como un compendio de castillos
Tú con tu sola importancia de
guante
y ritual secreto de aras
contra un rincón conseguido
puedes volverte sólo corazón
incendiada de sangre
con los techos titulados como iglesias
luego de las estocadas.
Tú con tu sola importancia de aljibe
con dos candelabros laterales
Del cerrojo del hijo
emerge como de un remanso
el vapor de una fe infinitaNiño desde una mujer
hasta otra, niño.
Tengo ganas de rezar...
En el nombre de tus ojos
y de tus grutas o tablas
y un eco de arietes y clavos
y de tus manos.
Ya puedo decir amén en tu boca
y dormir.
261.
Cuando falte sólo un lugar donde buscarte
te habré perdido
porque quizá pudiera encontrarte
y no te encuentro
por miedo de comprobar mi desesperanza
262.
Mi amor está en el reguero de mi sombra
Estoy en mi amor y me hallarás en él
No busques mi amor en mí, no será todo
Lo encontrarás en las horas en que aún no es
y ayer.
Desde aquí te quiero hasta donde estaré
263.
Tu recuerdo humea en mí como una bandera de perfume;
más que como un canto persistente,
como un calor contiguo de las horas.
Tú eres aérea como las abejas que pueden extraviarse en un rosal.
Has quedado como la sal que titula mis redes
en las brechas de mis venas
porque el amor no puede encerrarse en una caja
ni quedar en los versos sin evaporarse.
Yo también me extravié en tus laberintos
y siempre hubo un misterio indescifrable en tus colmenas.
Pero el amor no puede guardarse
como un sabor
o como el murmullo del fuego.
Tú lo sabes
porque has guardado las rosas en los libros.
El amor de los versos es un caracol de sangre
donde laten los ecos
del corazón del mar.
Tú no puedes tomar mi amor entre tus manos
pero yo sé que sí porque lo has tenido.
Ya puedo recuperar de las olas mis anzuelos vacíos
no me importan los peces porque no estás en el mar.
Es infinita la tristeza de mis manos.
Hay hojas secas
o palomas.
Tus manos revoloteaban como pájaros
y tus ojos tiritaban como mariposas.
Hay cenizas y hojas secas en el viento.
No quiero pensar que me recuerdan a tus manos.
264.
Hay un rincón remoto
donde el corazón tiene pasos más que en la sangre.
Un lugar que está detrás de las gargantas
donde se grita el viento;
tras las vertientes que guardan las ruecas de la música.
Un lugar agazapado tras los telares de las horas
que descansa como el misterio remoto de la vida
tras las glándulas que emiten el silencio.
Son pequeñas pupilas
(como guitarras de ternura)
Son los vientres
donde se hilan las sombras fantásticas de la felicidad;
donde van rostros
y voces
y manos
a convertirse en llaves
que descifren el candado de las almas.
Donde humean las mentes de los que sueñan
a recorrer el itinerario de los sueños
a describir la melodía de las verdaderas ilusiones.
Hay un lugar que es como el canto infinito
del gesto de los ojos;
donde los embriones de amor tienen una copa de poesía
para beberla simplemente
como a la tibieza de las manos.
265.
Ha caído salpicada a mi alma
una pluma de la cuerda de la guitarra de un grito
de lejos como un árbol nacido de amor
emitido de dolor
enfrutecido de llanto
y muerto de soledad.
Y agrio como un grillo
el relámpago de mi grito en mi alma;
y yo encendí en mis muros
la leña mojada de mi escalofrío.
Después la ola del silencio se llevó los castillos de la playa
y quedó la duda de las voces
Y un eco arenoso y frío
como un miedo de gritar y deshacerse como un castillo de arena.
Luego tomé una mano desesperadamente
sin olvidar una soledad recién empezada.
266.
Las páginas de los pájaros parpadean
Las palomas son botes que atestiguan la piel
de un mar consumido
el pájaro que no canta es sólo
un vértice de valvas
como un trébol incompleto y desanclado.
267.
En ese instante en que
de la vela del alma
se derrite la cera
del amor; que la llama
de tu imagen quema
y se desenreda por un
candelabro con una
gota de humedad
que la habitación aprie
ta sin espacio para
que de las paredes se
despelleje la luz y
deje la carne vivir
de las sombras
268.
Ahora no necesito la noche para ver las estrellas
un árbol enfruteció de estrellas
no hay mañana ni nubes para mis estrellas.
Yo las toco lentamente como a gotas de agua
y se adosan a mis islas como un náufrago
como una paloma tibia y nueva
a la que ha arrancado el viento de sus ramas como a un fruto.
yo acerco mi vela suavemente...
y las formas simultáneas me esperaban
y vienen las abejas a estrellar el cielo de
mis gajos
como el perfume arrinconado en tus vértices
y la honda humedad entre las páginas
Ahora no necesito la noche para ver las estrellas
ni las palabras para entender mi silencio anterior
y yo sé por qué quizá tú no lo sepas
porque tus ojos no caben en tus ojos
y las estrellas son tuyas
y caen hasta mí como la lluvia
269.
Los grillos de tu pelo, cuando mi
piel es de noche
desgranan el brillo de sus estrellas
como las mil manos tuyas ya
sidas que desde la lejanía
vinieran a visitarme,
tu pelo llueve sobre mí,
con la mejor espuma de una guitarra
y tu mano es luna,
y tu mano canta,
y es luna entre las estrellas
y es voz entre la guitarra
y es árbol entre las yerbas
y es grito entre un mar de silencio
como un barco que lleva
la mitad de mi vida que me falta.
270.
ya está tendida la
miel de las velas.
tus manos de miga me han
dejado un gusto seco en el silencio
los grillos chisporrotean
de frío
las cigarras tiritan y crujen de frío
las mariposas se desesperan
en las velas.En una bandeja de
viento
hay copas de pájaros
y yo he bebido.
y estoy ebrio de cantos.
271.
Tú puedes extinguir las sombras
que humedecen los muros de mi alma
como banderas que titulan mi tristeza.Tangente del tiempo
como una piedra en la costa del río de
las horas
Queda una idea como la sombra
tácita de un pájaro
de vuelo indescifrable.
como un único pie de un no sé si
largo camino de horizonte diferente
que sólo puedo sospechar.
272.
Ganar la soledad mientras otros ganan los trofeos
de la idiotez y la mentira.
Olvidarse del mundo, de la historia.
Vivir fuera del tiempo.
Insuperable programa para una rebeldía!
Una lección de montaña, una pureza de mar, una ac-
titud de espacio.
273.
Hay desgraciados que se creen con derecho
al rencor y a la maldad,
y quién tiene la culpa de su
desgracia?
la virtud de los agraciados,
el contraste o Dios.
274.
Todas estas voces ajenas,
embriones de silencio
son tuyas, ahora que me siento
solo,
como recordando.
275.
Ahora te nombro con imágenes
y te pido perdón.
276.
Hoy quiero morderte el corazón
asomado a tu boca como un pájaro
voy a cultivar el rumbo de tu sangre peregrina
277.
Alguien ha bebido de mi fervor, tal vez sin ver su
rostro sobre el agua
mi soledad se rompe de campanas,
qué más da que el domingo ya no sea mío
278.
la noche rompe sobre mi piel de filo,
mi ojo de piedra y agua es un hueco ventisquerola noche sangra por la luna
¿qué moja su sangre más allá de la espuma?
Para cantarte, amiga de mi sueño, que te puede a veces
mi garganta sin mar, rompe en la piedra
como un pájaro nuevo
para tu mano de paloma, para nombrarte
mi corazón de palo y parche
enarbola un grito de silencio que te calla
Ya te puede la melancolía
barco partido sin partida
mi tristeza no te guarda como a las cosas que solía
como a la luna perdida.
279.
la rama lleva el camino de la fruta.
Cuando el río no tiene costados no sé si viene o voy al puerto
quién tiene la certeza del rumbo
cuando no hay dos árboles para señalarlo?
280.
la música que sube por tu espiga y se vuelca en perfume
a la mañana, como un racimo sedal que se dispersa
en líquidas palomas de cristal y niebla.
281.
vendrá el hombro del pájaro que fundía el aliento
filos de viento mordidos en esquina de mendigo
y doblará el recodo, final último amigo.
comprender lejanamente el principio del exilio
la soledad ¿quién la nombra a medio camino?
quién clausura el sueño antes del último segundo
la muerte queda con el mundo, quién sabe su propia muerte
la agonía la averiguan los que quedan
nadie supo su propia tarde
la esperanza es el último vestigio del naufragio
como una alta bandera que no es habitante de la muerte.
282.
Si siguen hablando como locos
voy a odiarlos, y ¿quién sabe si
aunque yo también lo ignore, nunca los perdono?
283.
Toma esta voz turbia
llena de pelusas, como
empañada de palabras
viejas. Toma estas
palabras que siempre son
viejas y son nuevas
pero que son tuyas.
284.
mi grito tiene embriones
285.
¿desde qué remotos embriones,
alumbra el resplandor de la música?
286.
la música me lava por la boca como un naufragio
de tules y colores.
palomas derretidas
líquidos pianos que flamean
banderas resbalosas
humo
niebla
ebriedad
orgasmo
agua de cristales
derretidos.
a media asta de mi
garganta como el trigo que
me sangra por las manos.
287.
Donde duermen tus manos a la
hora del exilio
mi canto es un pájaro de distancia
que no ha
sido
Como un rumor de invierno
en tus hogueras
y una tristeza de horneros en el
cuello.
A veces quiero decir con mi
verano, que el sol no tiene invierno
más acá del silencio
Por eso para destituir el mundo
(obsesivo mar a tu costado)
levo anclas en mi paloma de sol
y viajas hasta tu sangre
como un buzo o un grito sueña raíces de
savia
Mi voz tiene embriones de
viejas primaveras, allá te
levantas
288.
Soñé que cavaba un pozo en el cielo
para buscar a Dios
Y lo encontré como a una isla
ahorcada por el mar de mi alma
289.
Quise hallar la fe
con eso la destruía
La tenía antes de buscarla
pero no lo sabía.
290.
tengo clavado el vino rumbo adentro del corazón sin respuesta
y tu nombre subsiste a la honda desbocada
después de haber muerto, mordiendo tu rostro
como un pez, mi tristeza remota y
presagiada ya no callará su olvido.
deja que todo te lleve, mi tarde te despide
con gaviotas y no lloro porque no has sido tan poco
ni siquiera has sido, y una palabra se me atasca
como un grito ciego que te llama,
pero que no puede tu partida.
adiós, adiós, el corazón
hace buches de tarde,
la mano ya no responde las
sombras,
asida del silencio como un loco
empezado, después del último barco,
adiós, amor mío, adiós.
291.
No importa cómo eres.
Puedo decir que las abejas de tu cuerpo
se enjambran en mis ramas
(aunque
las estrellas se han enjambrado, salpicadas
de la luna.
el amor
de nuestra hora de amor flamea
Ha llovido y verificas los caracoles
de los besos).
292.
Hacia mis nunca
diariamente se sepulta mi día que no
ha sido.
El tiempo va recogiendo historia
y el día ya no tiene el infinito sin
certeza
que es el albedrío donde el sueño
recorre la vigilia
Yo estoy y soy de símbolos
El mundo es diariamente
una manera de no poder ser ya
otra cosa
El será es un tal vez
El fue es un para siempre
una verdad que a veces no es certeza
pero es una verdad
y el lugar de la cobardía
y la posibilidad de la mentira
El mundo un lenguaje que siempre
es extranjero
se computan los símbolos,
y tras la imperfección de las
palabras
la soledad es una duda que crece
como un náufrago que ignora si
alucina señales o no.
En un punto ¿quién me ha entendido?
¿Quién tiene la exacta dimensión de mis señales?
¿quién ordena a mi manera
como yo en la libertad los significados,
en el impreciso albedrío de
la imagen?
En la duda de ser loco cada vez
toda pregunta es una certeza vacía.
¿Dónde estoy? ¿Dónde acaba cada sueño?
¿Qué rostro verdadero tiene cada nombre
que gritan a mi puerta?
Cuando pierda toda cuenta
(como un viajante que no puede numerar
su trayectoria en un desierto sin árboles)
cuando sea cinco veces ciego
a mi cadáver romperá la diaria
ola del mundo y yo seré una duda
interior, como ahora en que no tengo
la absoluta certeza de no estar muerto.
293.
estaba encerrado en las paredes de mí mismo
ya en la lengua hecho saliva el sabor de la ceguera
sin saber desde dónde se fue la última luz ya olvidada
y soñé que alguien entraba y me despertaste con la puertase aturdieron mis manos al tocarte
y tu voz me encandiló y me asusté de creer en tu existencia
y tuve miedo de ser muda baldosa en el oído de tus pasos
o que estuviera en mí la impotencia de una campana sin mano en su cadena.Por eso me gusta desnudarte poco a poco de las sombras
y comprobar mi despertar no soñado
y el cadáver de tu ausencia.
294.
me gusta besarte y ensordecer mis ojos
ir disolviendo en silencio el rumor de tu cara
Y luego verte resucitar entre los peces en mis párpados
y no entender tu cercanía y mi alegría insospechaday miro tu pequeñez y te veo enorme y me extraviara en tu boca
como si me acercara tanto que viviera en tus poros
y me sumerjo en las olas de tus ojos blandos
y nado en ellos y me queda el gusto a sal de sus gotas.y las cosas tienen un ocaso y se guardan en ti
y amordazas el mundo como la persiana de un cuarto solitario
y zozobro en mi silencio construido con mi voz
y en el techo de la noche eres la estrella que estoy mirando.
295.
Ya no quiero amordazar la noche con fatuas antorchas
y tampoco clausurar las sombras del silencio
con palabras de mentira como estrellas.
Ya me basta con la luz de una luciérnaga
para erigir incendios de música en el alma
296.
A ti que tienes la ruta de mi profecía
talón de sangre y azul de golondrina.
297.
Habían quedado tantas palabras incrustadas en
mis labios.
Herían.
Eran la verdad y la espada.
298.
Quiero que empieces ciega con mi frente
volver muros tus ventanas,
yo soy para siempre la mañana
soy el sol y el mundo, soy la genteTu mirada será un muelle ausente
mis barcos cancelarán tu vigilia vana
sobrarán mis alas para tu libertad ya sobrehumana
Y para hachar silencios en tus manos, te bastarán mis
dientesmañana es un sueño, pero mucho más un miedo
Tus ojos terminan en un recodo de un sendero
deja que tu ruta sea mi dedo.
Morderás mi semilla, más acá de la tierra
tu silencio (tu mejor palabra) ya será sincero
por tanta mitigada soledad que ahora te encierra.
299.
Si tú me escuchas esta noche,
cuando haya madurado la
mañana que te sueño, cuando entorne mi silencio ojos
adentroCuando un canto un poco torpe
se levante de las ranas de mi pozo
si asomas tu recodo al canto en que me asomo
y tus manos maduras pueden flores
300.
tanto cáliz derogado
301.
Desde dónde nos vendrá
este hijo desde qué hora
qué olvido o qué locura?
302.
la muchedumbre
se cerraba tras de mí
como un barco entre
un mar de gente corto
303.
Para arrodillar el potro de soberbia doble-
gado
recuperado el niño, desnudado el
cobarde
la coraza más acá del acecho
vuelvo atrás mi trono es
mi destrono
de no haber sido y ser mi
propio amigo.
Y a los amigos insultados
me descalzo la garganta
todo el mundo fue mi tarde
(inflamado el rencor de ser
mi propio solo)
para todo el mundo una ventana
que será mi propia lámpara
(un
ciego
logrado a mis espaldas)
Hoy los ídolos tienen primavera
pero pueden sucumbir de
sed y de impaciencia.
Hoy alguna madre hará
una cuna en mis trincheras
en mis recodos dormirá un
mendigo
porque ya puedo un umbral
caliente donde hice buches
de invierno
Pueden comerme las manos
también me crecen flores en
verano
y se me caen los ojos en otoño
Puedo amamantar de poesía al
que ha perdido templos
olvido los candados de
mi puerta para que
puedan los que vengan mirar
las estrellas desde mis lugares.
mi silencio es una nueva
comarca de plegaria
un cementerio para empezar
(el otro lado de las tumbas).
Ésta es mi nueva voz
mi primera primavera.
me sacudo eternas golondrinas
y corro por mi sangre para
anunciar mis remos
lavo con música mis dedos
que no tuvieron dogmas
y desde niño lograré
mi sombra para subir
por mi talón hasta
acomodar
mi nuevo bueno
en mis ámbitos desmantela-
dos.
304.
Esta noche mi corazón emana
como un pájaro moribundo
desde un rincón de mi soledad
El silencio está perforado de
los pasos de mi corazón
mis manos no disminuyen
mi soledad ni acortan
distanciasYo juego en tus médanos
y mis botes rotos injertan
en las olas los mástiles vencidos
y el mar tirita pero reúne las
imágenes desgarradas como
retrocediendo una consagración
305.
Alguien pasará sobre mi boca
y no podrá recoger las uvas
de mis palabras
pero tú que tuviste mi voz como
la sangre
podrás beber en los gajos desiertos de mi silencio
306.
Habré sido tan falso que
un día
mi nombre será
un seudónimo
307.
si mi historia sin vez es un sendero prefijado
si el ahora es una cláusula de ser en cuando
si me persigue un inimposible imperativo de astros y
profecías
acatada mi irreversible y larga espalda de razas
destino inexorable
alzo mi rebelión de ser mi propio encuentro
este suicidio, tal vez (y este tal vez) estén escritos.
y sobre mi propio barro
seré mi propia mano seré mi propia imagen
seré el embrión de mi propia idea
y mi orfebre
308.
La boca hinchada de besos
callados que se amontonan
309.
EL PRÓLOGO DE TUS PECHOSMi pequeño
poblado de dos casas
Silencio y canto y corazón
hinchado
Balcones de tu alma
310.
yo soy ahora y aquí en cada lugar y cada día
311.
Estás creciendo en mí como una idea
y te pienso como quiero que seas
y te encuentro así, como quisiera
y te voy formando poco a poco, o te voy penetrando
y me encuentro en ti tan fácilmente
312.
Somos hoy. Inocentes de ayer y responsables de
mañana.
313.
A veces me caigo a tus ojos como un balde
y perturbo el parche del agua endurecida
y vuelvo chorreando respuestas y letras de tus
cosas
y las olas parpadean sus alas
y en ellas perdura el eco de mi pregunta.
314.
El silencio va enroscando su hebra
en mi conciencia de palo
hasta inflarse en el ovillo de un espacio
donde existir,
hasta inculcarme la sensación de mi
corteza de mi piel
comprimiéndome con el peso lejano
de las voces que dudo,
de las voces que no llegan
y tengo la sensación de mi redondez
cabida y empotrada en la burbuja
de un anillo
que corona mi verdad de frente
con la ininterrumpida espina
de un frío inevitable
tu voz suena como un grillo
ignorado o sabido de
a ratos
Ignoro mi quietud,
también mis pasos
la sombra detenida no se abraza
me aturdo de mí
como un carozo me rodeo
y estoy sumergido en una aureola
de vacío
o se han ensordecido mis pupilas
y mis tímpanos pupilan en un
iris de noche
315.
Soy topo y horado en tus orillas
barrosas y de pasto.
Y algunas noches, perfumadas de luna,
te decía amor,
pero más te amaba amor.
316.
Un piano gotea su estela de burbujas.
el silencio se completa en esa música
Una vegetación de tules se disuelve en el aire
Los edificios cordillean con su tablero de ventanas y
su gula de habitantes.
Yo estoy fuera para que todo pueda existir
junto
Quizás alguien se pregunta sobre alguien o
Puedo pensar, y pienso, y estoy triste
mi alegría, que existe en mi impensamiento,
no existe.
Qué horrible su existencia, si no pudiese
saberla
Qué espanto ignoro mi felicidad y ni soy feliz
con ella
a veces la carcajada de un vidrio roto
resquebraja el silencio nítido
317.
asumir la proa
del ahora que
ha sido todas las veces
y habrá sido todo
el tiempo.
318.
EXCLUIDO CONTORNO(ahora, cotidiana
meta, fin y faro
punto de partida provi-
sorio)
imprevisible
319.
colonizaré tus selvas y seré
amigo de tus ciénagas
320.
Mi tarde tendrá el canto de
tus pájaros y volcaré mi sol
sobre tus últimas montañas
seré buzo y topo de sangre
en un punto de tus hormigueros
321.
probable es sólo aquello de lo que
tengo pruebas. Cómo dudar
de mí mismo si soy
todas las cosas que existen?
322.
Soy más yo que la opinión
de los que se pueden equivocar.
por eso no importa
desmentir los detractores
323.
suficiente hablar de mí con lo que hago,
¿desmentir a los equivocados.
yo no los equivoqué.
324.
cada cosa da su propia medida, mi
inteligencia me habló de sí misma
325.
permanecer firme sea cual
fuere el precio de mi fortaleza
aunque
mi motivo
les llegue a
confundir y
nombrar
con vanidad
326.
los libros esperan a cualquier
altura de la vida ser abiertos, la vida
no espera a cualquier
altura de la vida, ser vivida
327.
tú, sistema frutal
328.
Donde trajinan los tangos,
alimañas de suburbios
329.
Estás matada en mí, pero no has muerto
día a día riego el sendero
para que el pasto cicatrice el suelo
y astillo el agua para escombrar
tu perpetuidad de cielo
y cuando dejo de rodar en el vértigo y
despierto
las olas se han hundido y tu imagen
perfuma el agua
dormida
Y yo te he matado donde existes en mí
muerto
Y puedo matar tu cadáver
o hacharte como a la rama
crecida
y aunque te mato no puedo
porque tengo que hachar la
tierra
330.
tu pelo largo pájaro de sombras.
331.
El sueño no me alcanza para soñarte
la voz se me atasca en la garganta
332.
Para tu mano de pan y de guitarra
y la lacia gaviota de tu boca
quisiera el canto que ya no te alcanza
y el fervor del mar sobre las rocas.Para tu voz azul
Para tus ojos con latir de mariposa.
333.
Para lavarte las palabras con silencio
para morder tu corazón de mano
334.
Cuando te haya zarpado rumbo adentro de
los ojos mi palabra nueva
cuando sea ausencia mi diaria lejanía
roto el mundo crecido sueño afuera
seré yo un poco tu melancolía
335.
A veces un rito de ausencia te reclama
y ojo atrás emprendes un sueño de espejismo
donde no tiene rostro la voz que llama
y te vuelves canto más allá de un abismoY haces un recodo más allá de la mirada
donde no te alcanza el mundo que se vuelve
vano
336.
En ti he perdido el rastro de mi espalda
la historia que me alcanza no llega hasta
mañana
y en la duda de que levanto mi pregunta
¿siempre todo es más allá de una ventana?Ya no importa desde cuándo el sueño cambia
el rostro
el tal vez de profecía se vuelve
te acata.
337.
acatar mi rebelión
y maniatar el grito
crucificarme la garganta
derrotada
una raíz vencida sobre
la arena.
338.
He llegado a la hora de retomar el talón de la garganta
La voz recupera primaveras
339.
Mucho antes te quise
mucho hoy, aún, te quiero.
Pero no de la misma forma,
con el último romanticismo
de mi triste adolescencia,
sino con el despertar duro,
material, íntimo, de esta mujer
Con la fuerza que me da
el comienzo de mi grandeza,
y con la lucha de lo irresoluto,
lo extemporáneo, lo inconocible.
Pero sin el poder de templanza,
de seguridad, de premio cierto.
340.
Un despertar sin sueños,
un levantarse sin ánimo,
un vivir sin un mañana
ni un hoy que me conduzcan
ni un ayer que me consuele.
un divagar constante.
sin camino ni frontera.
en un dédalo pequeño, enorme,
circular, desierto.
Bajo un firmamento sin luz
y sobre una tierra estéril,
entre el grito del silencio
y el dolor de la indolencia.
Con los nervios distendidos
y la sangre circulando
dentro de esta cabeza hueca
llena de todos mis devaneos.
341.
Vivo sin saber vivir
pero vivo, y aún espero
de esta vida algo, eso,
aquello por lo cual soy esto.
Esto que no sabe nada,
esto que nada aún ha hecho
esto que es el ser, mi ser,...
mi motor y mi tormento.
Esto que debe moverme,
agitarme, abrir mis miembros,
contraerlos de impulso de la
savia de mis sesos.
Explotarme, darme frutos,
señalarme mis deseos,
mis potencias, mis designios,
por lo cual vivo y espero.
342.
Las palabras se me escapan
se desgajan de mis dedos,
corren saltan y se posan
sobre el lápiz, y el cuaderno.
tan sólo
Palabras, inventos
de unos gramáticos viejos
que me sirven esta hora
para asir mis pensamientos.
Lloras voces que se fugan
y se pierden sin remedio,
pero aquí están las palabras
para interrumpir tu vuelo.
343.
Rápido, corre y alcanza
al tiempo que se te va.
No esperes que se detenga,
de esperar, más se te irá.
No creas, que ésa, tu marcha
alguna vez detendrás,
mas sigue corriendo, empero
tal vez puedas igualar
su andar, si continúas
como hasta ahora, o si
comienzas en cero igual
para que en el adelante
la distancia sea tal
como hoy, y no que mañana
ésta aumente, pues verás
que recuperar carrera
con el tiempo no podrás.
344.
soltaré el pájaro de mi canto
inhóspitos
silencios que aúllan
como perros al extremo
de un espanto
de cadena
345.
muchas veces, cuando sé que eres buena
te escribo versos mejores
porque tú no puedes darme palabras
imperfectas como no tú.
346.
El corazón de muelle solitario
el barco de la tarde se suicida
Canta, ya de tanto canto necesario
347.
explorar tu asombro
como a un pájaro nuevo
en una iglesia
348.
Un tabique de silencio enmandibula
mi soledad
El confín de los muros
no es mío.
Las puertas no dependen de mí
349.
La ola se vuelve un
tigre azul sobre la
piedra y salta y
grita y cae
de la derrota
sucesiva.
350.
Hoy mis perros no han
sido nunca amigos de la
gente, no conocen la paz
de las veredas
ni las rejas guar
dadas
351.
Esta tierra mía de flores sin tiempo de pájaros sin nido y
nidos sin árboles, donde mis jardines no tienen verano
y nadie juega con mis animales (tal vez no se ven mis parques
a través de la verja)
donde mis manos son campanas rotas
esta tierra mía sin sandalias
de verso crecido a la mañana
más acá del verano.
352.
La tarde de vino y de durazno
tus ojos de botella y vela ojos adentro
pero a veces la miga de tu carne
y tus manos de gaviota para mi tarde azul
pero el rincón de media tarde, trompeta de naranja
cuando tus uñas. Recuerdo, tus uñas. el mar
tus dedos terminan con el mar.
las piedras adivinadas bajo el agua fina
a veces la arena ronca.
Y tu piel de cala. Y tu secreto de sótano
¡Cuánta lanza olvidada!
¡Qué resignación de cerrojo sometido!
¿Quién lleva la cuenta de los tallos y las tumbas?
y la tarde, vino de la tarde azul de vino
la cadena subterránea de tu espalda.
¿tú tocas el violín?la luna, una medalla, de fe dejada atrás.
¿Qué tienen tus uñas? ceniceros.
Cuánta vela apagada. Cuánta vejez desesperada!
Cuando teches tu insomnio con estrellas
mi tarde ya no será de vino.
Pero tus ojos de reloj.
Tu sonrisa de piano y de sandía.
La tarde equivocada. Vinagre.
Ya no quiero tus túneles
Mis palomas suicidadas en tus abismos.
Caja caja. Tus ranas. La raíz adivinada de tus venas.
a veces. sólo a veces
Para qué tus uñas tus orejas de caracol
el arco alertado en tus tendones.
Ya la tarde de vino se desnuda
Ya el vino. Ya no el vino!
353.
Estoy esperando el silencio para mi
silencio, pero aún lo ignoroun carnoso silencio espeso y lento
como un remanso de sombras de quieto viento
mi beso se arrodilla ante el altar de
tus labios y sobre el ara del tuyo se vuelve misa
de amor
354.
Arranco desde la garganta del silencio tu imagen
aprendida entre Dios y el mundo
como una abeja inaugurada en mi propia primavera
Y este silencio que es un grito crudo
lago de sol y lanzazo de savia
rompe la eternidad porque siempre siempre es mucho
para abrirle una luna a la mañana
donde un ciego era un nunca para el mundo.Tu sangre de espiga empuja el previo pan que rema
tesón de golondrina hacia el verano
y para ayudar tu imagen sin historia
agrego el sueño al jamás que has clausurado
donde termina la tarde de tu rostro
355.
para amamantar este de sol
tu sótano sin
cielo.
356.
los grillos tiritan de estrellas
se destejen en mí las horas de arenavoy recorriendo las horas preparadas
anteriores a mí como paisajes
en las costas
tú puedes desmoronar los pájaros
del eco
o lacrar el candado de mi
silencio
mi oración humea desde
mis cenizas más que como
un ruego
como una evocación
porque no me basta tu recuerdo
blando como las cosas tras el
humo
porque no tiene cara ni
palabras,
tan sólo la certeza de que tú eres.
y de que puedo amarte
357.
Tengo un puñado de andenes en la sangre
El corazón
A media asta como una medalla de dogmas
abolidos
Los ojos
Como cruces de cenizas
como escombros ya sin importancia de pájaros
y agua
He levado las velas de mis manos
y tengo el alma como un pájaro
de ecos.
Tu imagen ha redimido mis desiertos
Y saco tierra a las palabras olvidadas
como un vientre profeta de los hijos
como un ramo de andenes y de muelles.
estoy restaurando los barcos antiguos.
Te lo diré más simplemente
El corazón es como un sacerdote
de los templos de mi alma
se está haciendo la misa
y el corazón toca las campanas.
Te lo diré más simplemente aún
Te estoy queriendo.
358.
A veces creo que los pájaros que pasan
son mis ojos liberados
que van a hacer nidos
en las catedrales de tus manos.
Ése es el primer mandamiento
arrodillar los ojos ante tu corazón.
Un día tu vientre coronará un hijo
Y la sangre ascenderá el calvario de los
túneles
Ése es el último mandamiento.
Poner candados en las nubes
y esgrimir tu imagen perpetua
como un sol
del cielo del alma.
Guardarte
como un cáliz eterno
de un santuario renovado.
A veces creo que los pájaros que pasan
son tus manos
y sueño
que vienen a buscar a mis ojos.
Ése es el primer delirio.
359.
Y hablamos de cosas que tenían de nosotros
de torpes canciones y pájaros de palo
Y nos arrancamos el domingo de las manos
Y nos comimos nuestros perros de humedad y
sombra
mientras la tarde de todos, mientras el
mundo
mientras los otros
y nos rayábamos los ojos
con imágenes que se parecían a nosotros
y ahora no nos queda nada más que la cobardía
de que los ojos terminen a una esquina
y la voz sea más corta que la lejanía
Y nuestro olvido es infinito
cuando hayamos olvidado no podremos saberlo
Y aún nos queda mañana
y no nos decimos sino el hastío de los lunes
porque el silencio es mayor cuando alguna vez
no ha sido
Y estamos solos estamos solos de nosotros
Y el silencio tiene nuestros rostros
y el vacío tiene
nuestras manos.
360.
Recojo la palabra de la tierra, acomodo la vigilia sobre el rito de las naves.
Luego digo poesía.
361.
Porque te tensas feroz como los gatos
y tienes recodos donde hacer coraza
y encubilar tu acecho
quiero habitar en tus íntimas madrigueras
remontando tu recelo y tu oración sin rito
Desde la historia vacía de tus veces
(a qué nombre responde cada rostro recogido)absurda rebelión, grito lázaro de sol
acorralar la medianoche en tu garganta
y comerte la luna con las manostu soledad desmentida en el trajín profano
adhiere
mas adentro es un silencio callado
desbocar embriones de solHasta morderte la verdad en la garganta
largo naufragio
362.
porque la gente está llena de tal vez
porque somos así
con fragores nocturnos y cotidianas derrotas
porque siempre estamos perdonados
o mejor todo es íntimamente mutuo y alguien
nos entiende y nos nombra sin sabernos,
porque mañana es un impreciso tal vez
363.
Y hablamos el profano lenguaje de los grises suplantando con
esquinas y trajín dealto trajín de altura y buzo
y hablamos de nosotros acomodando la batalla en nuestra historia
sin canto
y ordenamos los nombres sobre los rostros
y los olvidos sobre las palabras vacías
y decíamos las cosas que son menos las palabras
porque somos veces donde hacemos las ocasiones de los
otros
Y luego desenterramos la luna
más allá de la gente coagulada clausurada
para desbocar un mar que nunca había sido
luego vino el mundo, cotidiana actitud a los
costados.
asumimos los oficios postergados
las lanzas derogadas
Y fragor del lunes el acecho y los recodos
en ronco silencio que arrecia por las noches
y la consigna de ser entre la gente
ahora tú masticando tu diario cementerio
vences la soledad asida como un ciego a las primeras
manos.
yo mitigaré tu naufragio
364.
De tantas transplantadas lealtades
De reivindicar tantos ídolos consagrados cada día
De tanto destituir soledades
y volver con el implacable ciclo de los tristes
marcando itinerarios
donde empezó a perder vigencia la esperanza
De tanto inaugurar historias
hallar el curso de los rostros
y corregir los dogmas con trofeos de dulces batallas
renegar la última vez del silencio
con un nuevo altar
Hora por hora claudicando
venciendo como un héroe de acero
que se repite cancelando sangres y heridas
porque alguna raza de tierra es así
entre dos veranos
telar de vientre sosegado de otoño
he sido fértil detrás de cada muerte
cada derrota cada ciénaga y cada trinchera
reconquista el niño amanecido
con un rastro nocturno que es olvido
y un sendero frontal que es sueño.
Por eso digo de tanto haber sido de tanto
andar sobre mi historia
tengo mañana todavía
y la esperanza sin clausura por vigilia
porque no he sido vencido hasta el suicidio.
365.
tu larga sangre, itinerario, se derrite
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Libro 120 (1)
2010
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